La colmena

Magdalena Trillo

mtrillo@grupojoly.com

¿Los seguros siempre ganan?

El caso de Gerona es prometedor: protegernos de quienes nos protegen con su misma argucia legal

Se dice de los bancos, pero no son los únicos. Las aseguradoras también ganan. Las pólizas se han convertido en una auténtica colmena: por lo pegajoso de sus redes y por los laberintos inescrutables en que nos sumergen. Tenían buena escuela que seguir: la misma letra pequeña, repleta de tecnicismos y agujeros negros con que llevamos décadas lidiando en las hipotecas.

Los seguros domésticos son implacables: siempre hay un resquicio en los márgenes del contrato que no te cubre. Veinte años pagando seguros y mi única alegría fue un día en que no me respondieron con la excepción de la excepción y me pagaron el triste cristal de una mesa. Lo indignante es que nos sentimos hasta culpables: porque no leímos el tocho de cláusulas del contrato como no prestamos atención a la infinidad de advertencias que nos asaltan cuando navegamos por internet. ¡Aceptar, aceptar, aceptar! Parece una derivada de la obsolescencia programada: la de los electrodomésticos que se averían en cascada justo cuando acaba el periodo de garantía.

¿Pero siempre ganan o siempre ganaban? Porque también el Covid parece querer colarse en su negocio. Una sentencia pionera acaba de obligar a una aseguradora a pagar 6.000 euros a un restaurante cerrado por la pandemia. Un mes antes del confinamiento, el propietario de la pizzería Bella Napoli había firmado una póliza que incluía una premonitoria cláusula de "pérdida de beneficios" y "paralización de actividad" a cuenta de 200 euros al día durante un periodo máximo de un mes. El empresario perdió su batalla judicial en primera instancia -había una "exclusión" en caso de que la clausura fuera impuesta "por cualquier organismo o autoridad pública"- pero la ha ganado ahora con una sentencia firme que podría desatar todo un movimiento de reclamaciones en cascada. Porque dice el juez de la Audiencia de Gerona que "no se aludía expresamente a la pandemia, pero tampoco se excluía"…

No estamos aquí ante el pulso librado entre los hosteleros y el Gobierno vasco con el "levantamiento cautelar" del cierre de bares y restaurantes. Y no estamos tampoco ante el órdago que comunidades como Castilla y León habían lanzado al Gobierno por el toque de queda (el TS lo acaba de suspender). Aquello es política y el caso de la pizzería es prometedor: responder a quienes mueven los hilos con la misma argucia legal con que nos tienen atrapados en su tela de araña. Protegernos de quienes nos protegen.

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