¡Oh, Fabio!

Luis Sánchez-Moliní

lmolini@grupojoly.com

El saludo vasco

"Las vascas y los vascos no damos la mano a franquistas", aseguró el PNV. No se puede mentir más en una frase

Que el embajador del PNV en Madrid, Aitor Esteban, salude o no a Iván Espinosa de los Monteros es lo de menos. Los malos modales de un hidalgüelo bilbaíno no deberían convertirse en noticia, ni mucho menos en opinión periodística. Los hechos ya los conocerán: al finalizar el debate del viernes, el político hipervasquista rehusó darle la mano al barbado de Vox. De los muchos comentarios que ha provocado en las redes dicha actitud, nos quedamos con el de Euleón, crítico gastronómico de la competencia y letal francotirador en Twitter, quien recomendó a Espinosa de los Monteros que la próxima vez acuda con un billete de cincuenta euros pegado a los dedos. Buen truco: no habrá nacionalista que le niegue el saludo. El dinero es el panal de rica miel que enloquece al enjambre peneuvista.

Todo este divertido rifirrafe, como decíamos, apenas tiene importancia. Pero sí merece la pena detenernos en el comunicado mandado por el PNV para justificar su grosería, que culminaba con una altisonante frase: "Las vascas y los vascos no damos la mano a franquistas"… No se puede mentir más en un puñado de palabras… Claro que los vascos y las vascas dieron la mano a franquistas, de hecho no hicieron otra cosa durante los cuarenta años que duró el anterior régimen, desde el mismo momento en que el famoso "cinturón de hierro" ( el que iba a parar a las tropas nacionales) se desmoronó como un castillo de arena y dejó clara su condición de burda bilbainada. El País Vasco estuvo plagado de franquistas y pretender ahora lo contrario sólo se comprende por el estado de delirio colectivo que está provocando la mal llamada "memoria histórica". Una vez más habrá que recordar que, pese a la retórica ridícula de las "provincias traidoras", Franco no paró de regar con dinero las tierras vascas. Aparte está el debate de si hoy existe o no algún "franquista", término comodín con el que el nacionalismo y la izquierda populista están intentando deslegitimar no sólo a una parte de la ciudadanía española, sino también a algunas de las más importantes instituciones de nuestra democracia.

El PNV, al parecer, está muy dolido porque Espinosa de los Monteros dijo durante el debate que son un partido "racista y xenófobo", lo que nos lleva a pensar que los actuales dirigentes del Euzko Alderdi Jeltzalea desconocen por completo su historia y sus raíces ideológicas. Es más, ignoran también cuáles son sus peticiones actuales, muchas de las cuales siguen impregnadas de la más rancia pringue aranista.

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