Gafas de cerca

Tacho Rufino

jirufino@grupojoly.com

Nuestros ricos siempre lloran

España sufre la erosión de los prósperos: les va fenomenal. ERC y Bildu se dan la mano como lo hacían CiU y PNV

Aun a riesgo de ser bloqueado por los guardianes del poeta, tomaré su verso en vano: todo pasa y todo queda, pero lo nuestro es pasar. Pasar, y mucho: eso es lo nuestro en estos tiempos de fragmentación, fragilidad y fugacidad. Porque todo, o casi todo, aburre, o empacha y acaba repeliendo, postergado en un silencioso arcón de un desván de la memoria, con su polvo con pedigrí. Miren cómo ha pasado con la cuestión catalana, el procés que fue perejil de todas las portadas, las tertulias de tele y radio -uff- y de todos los tuits y entradas: de los sueños arcádicos a la barbarie legislativa, y de ahí al fragor de la batalla -con permiso de la gent de pau, aquel lema algo narciso y tan transgredido en las calles-. Y de ahí, al desván. Puigdemont no es el que era: si aquí está descontado, al menos de momento, en Bruselas está más colgado que un mejillón sin roca, desatendido y sumamente periférico, más bien ignorado allá por Waterloo, su segundo exilio. No digamos en Berlín o París; no digamos en Washington o Londres.

Una Londres hoy atribulada ante la que se le viene encima comercial, aduanera y financieramente. Con un Boris Johnson cuya oferta nacionalpopulista, tan exitosa y probablemente pírrica, iba de la mano de un gran cretino global, Donald Trump, un mentiroso histriónico -un as de ambas condiciones- ya amortizado, por mucho que algunos expriman la demanda residual de un personaje lisérgico. Pasó con el rotring y el tamagotchi una vez fulminados por la novedad. Pero también con el vinilo: y, ojo, miren cómo hoy nadie tiene ni pajolera idea de música si no es vinilero de toda la vida. O sea, que no debemos descontar del todo a nadie, aunque esperemos que a Trump, sí. Y a Puigdemont y Torra: qué veneno han metido por su fe.

Hay un pacto no escrito que prescribe que ahora Cataluña -ERC- rentabiliza política y fiscalmente la tensión y la confrontación más o menos finolis, más o menos de logia y lobby o de CDR y Via Laietana. Estaba claro que el pacto multinacionalista del putsh indepe acabaría como el rosario de la aurora: las hermandades dándose con los crucifijos en las crismas. Ahora bien, otro pacto no escrito comienza a resugir. Tras el plomo, los asesinatos y el silencio, el antiespañolismo vasco coge el testigo en la carrera de relevos contra esta España que también aburre. Infinita carrera de relevos de nuestra historia centrífuga, victimista y ventajista. En vez de CiU y PNV, ERC y Bildu. La cara descamisada de la misma moneda. Todo pasa, y algunas cosas vuelven. Pero lo nuestro es pasar. Por salud.

MÁS ARTÍCULOS DE OPINIÓN Ir a la sección Opinión »

Comentar

0 Comentarios

    Más comentarios