Hace unos días, la Junta de Andalucía presentaba en Algeciras un extenso y sesudo diagnóstico sobre el Campo de Gibraltar como base de las políticas que deben ponerse en marcha, desde ya y durante los próximos años, para impulsar esta comarca desde una amplia perspectiva, económica y social. En términos generales, el informe aboga por el desarrollo de las infraestructuras del transporte -tanto del tren como de las carreteras-, la generación y el almacenamiento de energías verdes, el aprovechamiento de los recursos naturales, la digitalización, la educación, la formación del capital humano y otras muchas metas que, en buena medida, compartimos a buen seguro con otros territorios. ¿Qué nos diferencia respecto a estos últimos y por qué la Junta ha realizado dicho informe? Básicamente, que tenemos una posición geográfica única (y privilegiada) que se ha convertido en un arma de doble filo tras décadas de desatención por parte de las administraciones.

Somos una comarca de contrastes nítidos, cuando no de contradicciones. Distantes tan solo unos pocos kilómetros, coexisten barriadas marginales de nivel paupérrimo con mansiones de césped alfombrado en Sotogrande, lo que explica que también sean compatibles unas tasas de desempleo brutales con que tres de sus municipios (San Roque, Algeciras y Los Barrios) sean los primero, segundo y quinto, respectivamente, en renta per cápita de la provincia de Cádiz. Que los megaportacontenedores y ferris que llegan al puerto más importante de España, generando riqueza cada vez que echan amarras, compartan las mismas aguas que las narcolanchas cargadas de droga es otra paradoja de nuestro día a día.

¿En cuántos puntos del planeta como el Estrecho de Gibraltar se dan la mano dos continentes, tanto trasiego de personas y mercancías y tantas culturas? El Campo de Gibraltar es una zona estratégica a todos los niveles y de especial singularidad que requiere de una atención muy específica. Por eso hay que felicitarse de que la Junta parezca decidida a actuar, aunque en su informe haya alguna laguna inexplicable, como la ausencia de referencias a la precaria situación de la administración de Justicia. [Insistimos una vez más: de poco valen todos los éxitos policiales de los últimos años contra las redes del narcotráfico si faltan medios en los juzgados y si no hay suficientes jueces y fiscales para poder tramitar los casos con la diligencia debida. Y si no se endurecen las penas por esos delitos].

El tiempo apremia porque el Brexit, además y por si lo hemos olvidado, sigue pendiente de un acuerdo entre la UE y Reino Unido en lo concerniente a Gibraltar. Frontera dura o blanda, la incógnita permanece sin despejar.