Con periodistas de leyenda

El centro, a mí siempre me ha parecido un agujero negro por el que se precipitan sus rastreadores

Acudo a menudo, a las convocatorias de la Fundación del Diario Madrid, en un ambiente histórico junto a los grandes del periodismo enraizado en la capital. Le debo la aproximación a mi amigo Fernando Segú i Martín, periodista catalán afincado desde su niñez en Madrid. El Emperador del Japón le otorgó no hace mucho la Orden del Sol Naciente por su labor en pro del conocimiento del Japón en España. Cubrió en su día la información oficial de los incidentes de Palomares, con aquel territorio envuelto, en 1966, en un accidente aéreo de efectos nucleares. Cuando el cierre de la verja, en 1969, fue destinado al Campo de Gibraltar como Delegado de Información y participó activamente en las tareas de desarrollo de la comarca, gracias a las que nuestra tierra dejó de ser un páramo, dependiente de una colonia militar británica, y se convirtió en una de las zonas industriales más prósperas de España. Ya en la Transición, perteneció a la portavocía del Gobierno presidido por Adolfo Suárez, y creó y dirigió los Servicios Informativos de la Presidencia.

El presidente de la Fundación es Miguel Ángel Aguilar Tremoya, compañero mío en la Facultad de Ciencias; él como estudiante de Físicas y yo de Matemáticas; intervinimos ambos en algunas publicaciones universitarias de la época. Luego, él viviría en primer plano la clausura, por orden gubernamental, del diario Madrid, el día 25 de noviembre de 1971. Asistí invitado a la conmemoración del cincuentenario de aquel lamentable suceso y conversé un buen rato con Francesc de Carreras, catedrático de Derecho Constitucional de la Universidad Autónoma de Barcelona y articulista, autor de la recopilación "Paciencia e independencia", sobre el proceso del separatismo catalán durante el "pujolismo". Carreras fue uno de los promotores de Ciudadanos. "Ahí está el sitio", me comentó, señalando el espacio que a su (buen) juicio queda vacante y en espera, después de la debacle del Partido. Sin embargo -le dije- la estrategia del PP, con sus "espantás" cuando alguien advierte de su aproximación a VOX, está orientada a dar la sensación de que ha absorbido a Ciudadanos. Su obstinada búsqueda de la vacante, ciega tanto a sus dirigentes que siembra confusión entre el personal de a pie seguidor de sus pareceres. El centro, empero, a mí siempre me ha parecido un agujero negro por el que se precipitan sus rastreadores. Eso de no ser "ni chicha ni limoná" me da que no da para mucho.

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