El trasmallo

De / David / Cervera / Dcervera@europasur.com

Para partirse

UN barco se parte en dos y las manchas de fuel ensucian las playas y las aguas del vecino. Sucede al mismo tiempo, pero ambos acontecimientos no guardan relación. El barco salió sin permiso de donde nadie le autorizó a partir, mucho menos a partirse. El barco salió, encalló y se partió en un lugar en el que manda quien se indigna porque se le reprocha no todo ello, sino que en cuatro meses no lo haya evitado. Tiene razón. Las críticas sólo buscan hacer daño y, al fin y al cabo, el alquitrán no proviene del barco que se ha partido en dos. La culpa es de este maldito Levante, que arruinará nuestras playas con fuel de origen desconocido que no sale de barcos endebles que apenas duran cuatro meses encallados sin partirse. Los barcos de ahora no son como los de antes. Antes se partían con monedas de oro en las bodegas y ahora se parten con chatarra dentro. Ni siquiera a Odyssey le interesará ese barco cuando se hunda.

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