Encontré a mi amigo Pepe, cruzando la Plaza Alta. Traía muy malita cara, con unas ojeras de campeonato y gesto de preocupación. Para que ustedes conozcan mejor a mi amigo, les pondré en antecedentes. Pepe es lo que podríamos definir como un hipocondríaco de libro. La culpa en parte de ello, fue de su madre que era tan aprensiva que antes de bañar a sus hijos, desinfectaba con alcohol la bañera. Lo mismo hacía con los alambres del tendedero, donde secaba la ropa. Con ese consumo, guardaba tanto alcohol en casa que siempre me temí que un día, la familia se consumiera en un voraz incendio. A partir de esa disposición genética, Pepe puso el resto, no dándote nunca la mano, abriendo las puertas con el codo y tomándose la cerveza a secas, en los bares, por temor al aliento que le llegaba a las tapas en el mostrador. Tampoco paraba en las ventas de carretera porque decía que allí siempre había moscas. Aunque no hacía falta que le preguntara, para saber qué le pasaba, lo hice por cortesía y me contestó que hacía días que no podía dormir por el maldito coronavirus. Para colmo se habían agotado las mascarillas, en las farmacias. La falta de solución desinfectante no le preocupaba tanto, porque tenía de sobra en casa. Intenté rebajarle la tensión con datos reales. Pese a la alarma mundial desatada por el coronavirus, la gripe común causó más muertes en España el año pasado que este nuevo virus en todo el planeta a día de hoy (más de 2.600 muertos y 80.000 contagios, la mayoría en China). La última campaña de gripe en España causó 525.300 casos y 6.300 muertes. Un 1,2%, bastante más que el 0,7% de letalidad del coronavirus, fuera de España. Añadí que el tabaco, provoca alrededor de 55.000 muertes al año y 25.000 el consumo excesivo de alcohol. Algo tan usual como el tráfico de coches en nuestras carreteras, provocó en 2018, 1.806 fallecimientos. Pese a lo alarmante de estas cifras, no dejamos de beber, fumar o desplazarnos en coche. Leí en la mirada de Pepe, aquello de "mal de muchos, consuelo de tontos" y proseguí. Cada año se declaran en nuestro país 3.000 nuevos casos de VIH, 7.100 de Clamidia, 6.400 de Gonorrea y 3.300 casos de Sífilis. Si hacemos caso a estos datos, ¿no sería mejor buscar un condón, antes que una mascarilla?. Más que a la epidemia de coronavirus, debemos temer a la epidemia del miedo. En esto sonó el móvil de Pepe, lo miró y salió corriendo mientras me decía: ¡Quedan mascarillas industriales en "Casa Pastor", voy a ver si pillo algunas!.

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