Los paganos de siempre

Salvando la ciudad hermana de Ceuta, es este Campo de Gibraltar el que siempre paga las erráticas decisiones de Madrid

Mi amigo Isaac, hebreo ceutí con algunos kilómetros ya rodados y algo aprendido sobre seguridad en la Universidad de Tel Aviv, me dijo un día que la valla fronteriza sin poder defenderla es como dejar la puerta blindada de casa con las llaves puestas. Lo de la semana pasada fue una jornada de puertas abiertas. Las imágenes de guardias civiles y militares ayudando junto a Cruz Roja, a menores y no tanto, en lamentable estado tras haber arribado a nado a Ceuta, nos enorgullecen y nos muestran como un gran país, respetuoso de los derechos de todos. Pero la solidaria fotografía no ha de ocultar el fracaso que supone, y la preocupación que despierta la demostrada indefensión física de nuestra soberanía territorial. Y también la debilidad que comporta que otra nación cuestione violentamente nuestras legítimas decisiones, aunque sean erróneas, y por ello se nos intimide. También preocupa la demagogia o ignorancia, no se, de algunos diputados que calificaron el incidente de como crisis migratoria. O son tontos o se lo hacen, al confundir migrantes que alguno habría, con los cientos de peones apaleados y obligados por el gendarme de turno, a lanzarse hacía Ceuta, y luego deseosos de volver, que no devueltos. Que haya alguna duda de la causa de estos hechos y por tanto de las intenciones admonitorias del vecino, es lamentable, sobre todo para los de esta zona, que una vez más observamos como en Madrid conocen poco de lo que pasa por aquí. Hasta la ministra de exteriores en los primeros momentos dijo que la crisis no era fruto de ningún desencuentro. Yo creo que fue el propio Marruecos el que la convenció a decir tal memez, para dejarla en evidencia. No hay otra explicación. O quizá quería ocultar su primer error y el origen de todo este desaguisado, cuando se decidió atender por razones humanitarias al líder del Frente Polisario, Brahim Ghali, aquel que no tuvo ni ápice de humanidad con decenas de españoles que fueron asesinados por dicha organización en los 70 y 80. Pero olvidamos rápido, ya sea con el saharaui, como con el hombre de paz Otegi. Pero salvando la ciudad hermana de Ceuta, es este Campo de Gibraltar el que siempre paga las erráticas decisiones de Madrid. Serán las navieras que aquí operan, las agencias de viaje, y toda aquellas empresas relacionadas con el paso del Estrecho, pero sobre todo sus empleados, los que sufran las consecuencias. Porque tal perjuicio no se tuvo en cuenta por el Gobierno de Pedro Sánchez, al acoger a Ghali, que bien pudo ser remitido discretamente a otro país para su atención médica. Quizá con ello se hubiera evitado todo esto, pero, ¿le importamos algo, a alguien?.

MÁS ARTÍCULOS DE OPINIÓN Ir a la sección Opinión »

Comentar

0 Comentarios

    Más comentarios