Seamos optimistas

Sánchez no ha cometido el disparate de gobernar con Podemos y de momento mantiene un discurso sensato

A diferencia de muchos amigos míos, que se temen lo peor con el nuevo gobierno de Pedro Sánchez, creo que hay que ser prudentemente optimistas. Para empezar, Rajoy es un tipo muy inteligente -de eso no me cabe duda-, pero también ha sido un político muy poco hábil que ha jugado continuamente a dispararse en el pie. Y que encima tenía unos ministros a los que, siendo piadosos, quizá no cabe otro calificativo que el de nefastos. De Soraya se nos decía que era una política superlativa, pero ha demostrado no serlo en absoluto, y Cospedal ha demostrado que lo suyo era lucir la peineta. Es cierto que Pedro Sánchez no ha demostrado ser un gran político y que más bien parece un hombre sin atributos: no parece demasiado inteligente ni consecuente, ni tampoco sabemos muy bien lo que quiere, aparte de llegar como sea a la presidencia del gobierno. En la moción de censura, su actitud vacilante con los independentistas catalanes fue lamentable. De acuerdo. Y entre sus íntimos hay personalidades que ponen los pelos de punta por su inconsistencia intelectual (no diré nombres). De acuerdo también. Pero no olvidemos que Pedro Sánchez no ha cometido el disparate de gobernar en coalición con Podemos y que de momento mantiene un discurso moderado y sensato. Y por fortuna, está rodeado de algunas personas muy valiosas. Ahí están Josep Borrell, Cristina Narbona, Jordi Sevilla o Manuel Escudero, por ejemplo. Y el portavoz, José Luis Ábalos, parece alguien muy sensato y fiable. Digamos que todo dependerá de quién imponga su criterio: si el sector ilustrado o el sector ideologizado e intelectualmente muy pobre, que también tiene mucho poder. Crucemos los dedos para que al menos haya un equilibrio en la buena dirección.

Hay gente que le reprocha a Sánchez que no convoque elecciones inmediatamente y que vaya a gobernar con ochenta y pocos diputados. Sí, lo entiendo, pero nuestro sistema parlamentario le permite hacerlo y ya verá él cómo se las compone para gobernar en minoría. En cuanto a las supuestas concesiones a los independentistas, me imagino que tendremos que aguantar una catarata retórica de plurinacionalidades y multiculturalidades, pero todo se quedará en eso, en papilla léxica y nada más. Ojalá sea así. Y de momento prefiero mostrarme cautelosamente esperanzado. A mi edad, uno ya no aspira a mucho más.

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