EL pasado día 25, Rubén Montes, siempre a punto, firmaba una crónica en Europa Sur, que arrancaba con un entrecomillado mijita preocupante: "Si mi estado de salud me lo permite y mi partido me propone, no voy a poner problemas para continuar como diputado nacional". Palabras del alcalde Landaluce que lo dejan a uno confuso. No es que sea sorprendente esa disposición a atender las demandas del propio Partido, ni que se aluda a la buena salud que es preciso tener para andar brujuleando por esos caminos de Dios, lo que ocurre es que da que pensar eso de que en el Partido se pueda pensar que una vez accedido a la nave, se ha cumplido con el personal de a bordo. Vamos, que ese personal no está más que para sujetar la peana.

El respaldo al Partido Popular en Algeciras, no tiene precedentes. Ello debiera bastar para remover los cimientos de su estructura y no sembrar en la mente del alcalde el germen de lo que seguramente iría en detrimento de su credibilidad y prestigio. Los pocos votos de sus mayores no habrían dado ni para sufragarle el bastón de mando. De lo que se trata, en fin, es de abordar la faena. Reconozco que los especialitos de a pie son de pistón de cornetín y que crearles conciencia de que deben cuidar de su ciudad es una tarea titánica, pero nuestro primer edil está obligado a intentarlo, sobre todo después de tanto como hemos sufrido, de tanta tomadura de pelo y de tanto pulso entre curritos a media cocción y faunos de la misma corte.

Qué le voy a decir, o a escribir, al alcalde Landaluce que él no sepa ya en lo respecta a las obligaciones que supone, en la cosa pública, adquirir un compromiso y respetar lo acordado. Como en los toros o en el de fútbol, aquí lo mismo te pitan y te tiran almohadillas que te sacan a hombros. Eres lo que de tu actitud y proceder se derive.

No hay cheque blanco, ni lo habrá, y lo primero es lo primero. Quizás debiera el alcalde, comentar en sus filas que no es cuestión de renunciar a otros vuelos, sino de que una vez que uno se pose, se anide como Dios manda.

Yo creo que Landaluce debe explicar a la gente que habita estos pagos, cuáles son sus prioridades. Todo el mundo sabe y, desde luego, lo sabe él, que no es ya que no se pueda legalmente sino que no es posible de hecho y tomándose en serio el asunto, compatibilizar lo que supone estar en alguna de las cámaras del Estado, con la vara de alcalde de una ciudad como Algeciras. A menos que se entienda que basta con ganar las elecciones y comprobar que la réplica sigue en el regazo de la imagen de Nuestra Señora.

Estoy convencido de que estaría muy requetebién que nuestro alcalde despejara dudas y acallando a las lenguas de doble filo, saliera a la plaza y nos dijera que por encima de todo está Algeciras.