Diafragma 2.8
Paco Guerrero
De facilidades
Este lunes Feijóo presentará a la Directiva Nacional del PP una nueva foto del PP con la que pretende culminar los cambios que hizo en el congreso del partido del pasado mes de julio. Ha incorporado a Alberto Nadal para dirigir el área económica junto a Juan Bravo, que se ocupará de Hacienda. Alberto Nadal es técnico comercial y economista del Estado, una de las oposiciones más prestigiosas que ha aportado nombres importantes a la economía y también a la política. Fue secretario de Estado de Presupuestos y de Energía en el Gobierno de Rajoy y ocupaba un alto cargo en el Banco Interamericano de Desarrollo, que ha dejado colaborar con Feijóo.
El presidente del PP da por completado oficialmente su equipo con esta presentación de Nadal a la Junta Directiva Nacional, y tiene ahora por delante la tarea de trabajar a fondo para cumplir las esperanzas de ese equipo: preparar el PP para que pueda ganar sobradamente las próximas elecciones generales y el PP alcance finalmente el Gobierno. Son muchos los obstáculos, aunque los sondeos indican que el PP superaría claramente los resultados de 2023, igual que se incrementan en mucho los escaños de Vox. Sin embargo no todo es tan sencillo, porque Feijóo aspira a gobernar en solitario, con los sondeos actuales quedaría en manos de Vox… y Feijóo ha declarado que prefiere nuevas elecciones antes que gobernar en coalición.
Cunde la sensación de que las expectativas decrecen porque el presidente del PP no acierta en su estrategia de oposición, y se refleja en las últimas encuestas. El foco está puesto fundamentalmente en Miguel Tellado, un portavoz parlamentario que abusa del insulto y las calificaciones personales. Feijóo sin embargo lo considera una persona de plena confianza, que maneja bien el partido, como demostró en Galicia. Debería reflexionar Feijóo si, quien sirvió para organizar un partido regional sin más que un PSOE en decadencia y un BNG fuerte, sirve para organizar un partido que aspira al Gobierno cuando debe luchar con un socialismo debilitado, potentes partidos radicales de izquierda, nacionalistas e independentistas… y una extrema derecha a la que usa Sánchez para desacreditar al PP.
Un sector del PP se ha resignado a la estrategia de confrontación por la que apuesta Feijóo, pero otro sin embargo, creciente, confiesa su preocupación. Una oposición serena, sin gritos ni palabras gruesas, sería más eficaz y demoledora cuando incidiera en la corrupción del Gobierno, el engaño, la falta de criterio en políticas sociales, y los bandazos inexplicables en política exterior.
Es posible que se equivoquen los miembros del partido, periodistas y empresarios cercanos al PP que no ocultan su disconformidad con la línea que está imponiendo Feijóo. Pero los sondeos coinciden en que el PP se encuentra estancado y Vox crece como la espuma. Completado ya el equipo con el que pretende llegar hasta las elecciones, quizá pueda dar una vuelta Feijóo a fórmulas más eficaces de hacer oposición.
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