Crónica Personal

El mundo de Balbín

SE ha ido uno de los grandes del periodismo, aunque a muchos jóvenes su nombre apenas les dice nada

Vaya por delante que no era amiga de José Luis Balbín, aunque sí compañera de profesión. Escribo estas líneas sin estar influida por el afecto personal, llevada por la admiración, el respeto a su trayectoria y a unos principios que desgraciadamente empiezan a ser invisibles en los tiempos actuales.

Balbín no sólo fue el director y presentador de La Clave, un programa mítico en los años de la Transición, un referente del periodismo bien hecho, un programa precursor de las tertulias, aunque costaría mencionar nombres de tertulias que puedan igualarse a las de Balbín. Todo tipo de temas podían ser debatidos, tomando como base una película minuciosamente elegida para dar paso al debate. Balbín era el rigor, el trabajo intenso previo a una charla bien llevada. Solo así se entiende que pudiera tener en La Clave a personajes que no aceptaban sentarse ante cualquier interlocutor, cualquier espacio y cualquier público.

Balbín consiguió que Olof Palme, uno de los políticos más carismáticos de los 60, hablara de las distintas Europas: la central, la mediterránea, la de los países del norte, como el suyo, Suecia. Consiguió Balbín que Neil Amstrong explicara la aventura espacial y su viaje a la Luna, y que todos los líderes de la Transición se confesaran con él para sus espectadores, sin aceptar vetos ni presiones. Balbín entrevistó a Carrillo y Pasionaria, Alfonso Guerra y Ordóñez, pero también a Blas Piñar. Balbín, en La Clave y en otros programas de televisión, y en la radio, y en Pueblo o Interviú, ejerció un periodismo de verdad, con información precisa y contrastada, con invitados del nivel máximo en la cultura y los movimientos sociales. Además de la política.

Un ictus lo apartó del mundanal ruido hace unos años. Más de una vez, cuando recordamos tiempos pasados, sale el nombre de Balbín. Se echaba de menos su pasión, que en los tiempos no tan lejanos eran parte del ADN del periodismo de bandera. También la información como elemento clave para hacer buenos análisis, el afán por conocer la historia de España para conocer mejor el país,

Me habría gustado hablar con él en los últimos tiempos, para saber qué opinaba sobre la superficialidad con la que se tratan hoy ciertos temas, con algunos comportamientos que consideran que en Google está todo y no vale la pena ir más allá, hablar con los protagonistas de una noticia o con expertos que pueden ampliarla.

La muerte de Balbín ha conmocionado al mundo del periodismo. Un mundo con el ánimo de luto porque se ha ido uno de los grandes. Aunque a muchos jóvenes su nombre apenas les dice nada.

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