Al sur del sur

Javier Chaparro

jchaparro@grupojoly.com

Mucho más que mover contenedores

El acierto del Puerto de Algeciras consiste también en elegir a los compañeros de viaje adecuados

Algunos lo llamarían hacer virtud de la necesidad, aunque la cosa tiene más que ver con mentes inquietas, con personas que perciben oportunidades donde otras ven solo riesgos. Son gente que se empeña cada día en poner en práctica ese concepto tan anglosajón del think outside the box, pensar más allá de los márgenes establecidos, de nuestra caja mental. En este caso, pensar más allá del contenedor. Solemos tener la idea de que el Puerto de Algeciras es el lugar en el que atracan los buques y donde reposan apilados los containers a la espera de ser situados en la bodega de un barco o cargados en el remolque de un camión, pero pasamos por alto que detrás de todas esas operaciones hay una compleja red logística que se ve en la necesidad de mejoras constantes.

La prueba es que si bien el espacio físico portuario -a la espera del desarrollo de Isla Verde Exterior- sigue siendo prácticamente el mismo, desde que en 2008 se inició la remontada de la penúltima crisis económica y hasta la presente causada por el coronavirus, nuestros muelles prácticamente no han dejado de crecer en lo que se refiere a trasiego de mercancías y de pasajeros. La eficiencia en el Puerto de Algeciras, por tanto, va a más pese a los obstáculos existentes. Uno de ellos, por ejemplo, es el escaso número de integrantes de la plantilla de la APBA, muy inferior al de dársenas con menos carga de trabajo, ya sean Valencia (con un tercio más de empleados) o Barcelona (con casi el doble). Puertos del Estado lo sabe desde hace años y, aún así, consiente este agravio.

El premio a la innovación y al emprendimiento que esta semana ha recibido la APBA por parte de la Organización Europea de Puertos es un reconocimiento a todo ese esfuerzo, al empeño de un equipo por sacar adelante la tarea encomendada. No se trata tanto de exprimir al máximo los recursos disponibles como de saber manejarlos adecuadamente y de buscar oportunidades fuera de la caja. La colaboración alcanzada con éxito en los dos últimos años por el Puerto de Algeciras con 29 empresas emergentes de base tecnológica para desarrollar nuevas vías de trabajo es un ejemplo a seguir. Seguramente, a la APBA le hubiera resultado más sencillo, y también más caro, adjudicar esas tareas a grandes empresas de renombre para evitarse problemas y apostar -solo teóricamente- sobre seguro, pero han confiado en el saber hacer de firmas más modestas y seguramente más inexpertas que, en cambio, han compensado con su entrega y entusiasmo los retos y las dificultades. A buen seguro, además, que muchas de ellas derrrochan talento con sello andaluz.

El Puerto de Algeciras, como toda gran infraestructura del transporte, es un generador de oportunidades en su entorno más próximo. Buena parte de su acierto consiste en elegir a los compañeros de viaje adecuados.

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