243 millones

Ya viene siendo habitual la firma de tales empréstitos para el pago de la deuda municipal que no se abonó en su momento

El pasado lunes el Pleno Municipal del Ayuntamiento de Algeciras, aprobó la adhesión del mismo a los Fondos de Ordenación ofrecidos por el Gobierno Central, para la obtención de préstamos bancarios que servirán para pagar a distintos acreedores, y sentencias judiciales condenatorias contra el Consistorio. Era obligatoria la adscripción de tales operaciones, al ser el periodo medio de pago a proveedores superior a 30 días.

Ya viene siendo habitual la firma de tales empréstitos para el pago de la deuda municipal que no se pudo abonar en su momento, con las partidas que para ello fueron aprobadas en los correspondientes presupuestos municipales.

Lo alarmante en esta ocasión es la cifra a financiar; esto es, 24 millones de euros. Igualmente es significativo que se abonen, en parte, deudas que se hallaban pendientes de pago desde 2007, aunque el grueso de las mismas no provengan de tan lejanos tiempos. También es de reseñar que los afectados por esta deuda municipal, en un buen número, lo son asociaciones y entidades locales sin ánimo de lucro, que realizan una importante labor social, educativa, o en pro del deporte, y que han visto cómo sistemáticamente se les impagaba la correspondiente subvención que hablan obtenido en su día. Quizá la cercanía de las elecciones municipales de 2023 ha ayudado a que reciban lo que les pertenece. Bienvenido sea.

Para que se conceda tal financiación es necesario reformar, de nuevo, el plan de ajuste municipal y prolongarlo en el tiempo, con los recortes en gastos corrientes que se imponen, que perjudicarán la prestación de servicios municipales. Igualmente se imponen otras medidas de austeridad, como la imposibilidad de ofrecer beneficios fiscales al ciudadano, o la dificultad de realización de necesarias inversiones en instalaciones municipales al servicio de todos. El ciudadano de a pie observa cómo el dinero que aporta con el pago de su recibo del IBI, por ejemplo, servirá para pagar una deuda municipal que proviene de hace décadas, y no para arreglar su calle. Y da pavor pensar el tiempo que resta para saldar la devolución de tales préstamos, ya que a la nueva deuda bancaria, se le suma la pendiente de pago de más de 219 millones de euros, más los correspondientes intereses que se irán generando.

No hace falta culpar a nadie, porque todos los gobiernos han tenido su cuota de responsabilidad. Algunos gastando más de lo que se podía como pecado capital, y otros no teniendo la gallardía de suprimir algunos gastos superfluos para afrontar la deuda heredada, como pecado menor. En fin, solo nos queda ya pagar 243 millones de nuestros bolsillos y todo se arreglará.

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