Crónicas levantiscas

Juan Manuel Marqués Perales

Que nos mande el único va a ser lo mejor

Lo que ocurre en Barcelona y en Madrid con el Covid nos incumbe a todos, y prefiero a Sánchez que a Torra y Ayuso

Cuando aún no ha transcurrido un mes desde que salimos del estado de alarma, la existencia de infección comunitaria en Lérida y Barcelona -por tanto, sin control- más la proliferación de brotes por todo el país indican que esto no se está haciendo nada bien y que la segunda ola que se esperaba para otoño puede que haya comenzado a levantarse por el Mediterráneo. La opacidad de la comunidad de Madrid es bastante inquietante, y si la capital sigue la tendencia de Barcelona, en menos de dos semanas estaremos como en marzo. Con grandes matices -se conoce mejor la enfermedad y su tratamiento preventivo; se detectan muchos asintomáticos, y la protección personal de los grupos de riesgo es muy alta-, pero habremos tirado a la basura en un solo mes los esfuerzos de otros tres. Desde luego, no nos confinamos para esto.

Una segunda caída de la economía será letal para muchas empresas de los sectores más sociales, como la restauración y el turismo.

El Gobierno de la Generalitat es un quilombo de independentistas montunos y peleados entre sí al que la gestión y la administración de las cosas le importa un comino. No sólo la de España. Mientras las autoridades de Aragón se afanaban en detener la transmisión entre los temporeros, la vecina Cataluña ha actuado tarde y sin recursos suficientes para el rastreo epidemiológico. Como modernos que son, la Generalitat contrató a una empresa de call center, de ésas que no respetan ni la siesta ni la noche ni el almuerzo, para rastrear los sospechosos de Covid. Un desastre. No ha sido hasta ahora cuando se va a contratar a medio millar de seguidores del rastro del coronavirus.

Los presidentes de las comunidades se pasaron los tres meses de la alarma en un estado constante de queja ante el Gobierno central, pero muchos de ellos no lo están haciendo mejor, a pesar de que cuentan con más información que en abril. Sánchez les quitó un peso de encima con el mando único, porque los sacó del foco de la críticas. En el caso andaluz, que fue del ala moderada, cabe recordar qué injustas, o falsas, fueron las acusaciones sobre el supuesto maltrato del Gobierno a Granada, por ejemplo, donde hoy se siguen concentrando parte de la peligrosidad andaluza.

Lo que ocurra en Barcelona o en Madrid con el Covid nos incumbe a todos, porque la capacidad de difusión de las dos grandes ciudades sobre el resto del país es enorme e inmediata. Puede que Pedro Sánchez haya cometido muchos errores en esta crisis, pero lo prefiero a Torra y a Isabel Díaz Ayuso, a veces echo de menos esas directrices claras y objetivas del mando único.

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