La ciudad y los días

Carlos Colón

ccolon@grupojoly.com

Un mal de la naturaleza humana

La pederastia nunca desaparecerá porque tiene que ver con lo peor de la naturaleza humana

Leo que en respuesta a los puntos propuestos por el Papa, que les parecen insuficientes e inconcretos, asociaciones de víctimas unidas en Ending Clergy Abuse han propuesto 21 medidas concretas "para erradicar los abusos". Desgraciadamente ni la pederastia -dentro o fuera de la Iglesia- ni otras aberraciones pueden erradicarse. Se puede y debe denunciarlas inmediatamente y actuar con toda la contundencia que la ley permita, sea cual sea su estatus. Así los casos disminuirán de la misma forma que el encubrimiento de la jerarquía eclesiástica ha contribuido a multiplicarlos escandalosa y dolorosamente. Si las autoridades religiosas hubieran puesto inmediatamente a disposición de la policía y la justicia a los acusados de tales prácticas en vez de ignorar y silenciar las denuncias de las víctimas (tantas veces niños incapaces hasta de decir lo que les pasaba por miedo y coacciones ligadas al abuso de poder -y esto es lo más asqueroso- espiritual por la condición sacerdotal del abusador) y encubrir a los culpables, a veces removiéndolos a otros destinos que les permitían volver a cometer sus repugnantes fechorías, se habrían producido muchos, muchísimos menos casos. El Papa ha llegado más lejos que ningún otro pontífice. En parte por convicción personal y en parte por la gigantesca presión ejercida por la avalancha de denuncias. Se podrá estar o no de acuerdo en que las medidas adoptadas sean suficientes, pero no cabe dudar de su limpia voluntad.

La Iglesia ha emprendido el camino para acabar con la escandalosa e hiriente proliferación de casos. Pero por desgracia nunca se erradicará del todo la pederastia. Ni de la Iglesia ni de la sociedad. Porque ni es cosa solo de sacerdotes ni está únicamente relacionada con el voto de castidad. Tiene que ver con lo peor de la naturaleza humana. "Un manto de espeso silencio ha presidido lo que sotto voce es un clamor en el deporte: las prácticas de depredación sexual en la infancia", titulaba "El País" la semana pasada. A finales de enero se detuvo en Valladolid a un pederasta que poseía más de 40.600 archivos de carácter pedófilo "de extrema dureza". Ayer fueron detenidos en Barcelona dos proxenetas que servían sus víctimas a un anciano pederasta. Degenerados habrá siempre. La naturaleza humana puede ser así de retorcida. Lo necesario es no encubrirlos, denunciarlos y actuar contra ellos sea cual sea el ámbito al que pertenezcan.

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