Punto de vista

José Ramón del Río

jdel35@hotmail.com

El libro de Rajoy y la pandemia

Escribo con la idea de que otros que se puedan encontrar mal no pierdan los ánimosLa inanidad del discurso fija la atención en los detalles menores: que si tales libros, que si el Nacimiento, la foto...

Mariano Rajoy ha publicado un libro, que titula Política para adultos y en el que reflexiona sobre su experiencia en el mundo de la política, "a la que ha dedicado más de la mitad de su vida" y ahora "observa con perplejidad e inquietud" como hemos cedido terreno "a la demagogia, a la polarización y a un notable infantilismo" y su objetivo es "recuperar la política hecha por y para adultos". A mí el libro me ha gustado, porque está bien escrito y sus reflexiones parecen muy sensatas, pero el juicio del lector estará condicionado por otros factores, distintos de los literarios. Políticos como él vendrían muy bien a España.

Traté a Rajoy cuando aún no era presidente de la Junta de Galicia, y asistía en Madrid a todas las reuniones del comité ejecutivo de la entonces AP, que presidía Antonio Hernández Mancha. Su particular sentido de la ironía, aliviaba las discusiones, porque es sabido que es ese sentido el mejor remedio para el encrespado debate político. Ya cuando fue presidente del Gobierno, sólo lo traté en un par de ocasiones.

La otra actualidad de la época es la pandemia originada por el Covid. A éste se le atribuyen todos los males actuales, pero existen otras infecciones. Me explico: no cabe ser una sola causa, porque, en mi caso, el informe que tengo de microbiología respecto al Covid es negativo y esto ocurre a muchas personas que, teniendo ese resultado negativo, padecen infecciones, quizás con menos decesos, pero que al paciente le parece que ha llegado su hora final. Esto es lo que me ha ocurrido a mí, que tuve que acudir a Urgencias el pasado día 23 por disnea, y pese a presentar "excelente estado general" -dice el informe médico-, me tiene incapaz de casi cualquier esfuerzo físico.

Escribo con la idea de que otros que se puedan encontrar mal no pierdan los ánimos. De una infección por contagio nadie está exento. En la vida moderna hay mucha comunicación personal y salvo casos extremos, como los de ahora, no se puede vivir siempre con una mascarilla o cualquier otro sistema que garantice más la protección. La verdad es que yo no puedo echar la culpa a la pandemia, porque basta con leer mi informe médico para entender que la causa es la "exacerbación de EPOC", que es la secuela que me dejó el tabaco, que se cobra su cuota, aunque dejara de fumar hace 30 años. No sería justo culpar de todo la tabaco cuando nos daba muchas satisfacciones, que no compensaban las molestias que ocasionaban a los que convivían. Espero, gracias a los cuidados médicos, estar pronto repuesto.

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