NOTAS AL MARGEN
David Fernández
Un milagro por Navidad: salvemos al país
Los últimos días de julio y primeros de agosto han estado marcados por la levantera y sus fuertes rachas de viento, aunque a su favor las temperaturas han bajado y nos han dado un alivio térmico que a estas alturas del estío no viene nada mal. Aunque en breve, según los que entienden, volverá la canícula y con fuerza. En fin, lo típico de los veranos, pero ya con ganas de tener que echarme una sabanita por las noches. Pero para gustos, los colores. Los que practican deportes acuáticos lo han disfrutado al máximo, pero para los que van a pasar un día playero era misión imposible comerte el bocata de carne empaná, luchando contra los granos de arena que están por todos lados, los cabellos volando en dirección contraria a tu voluntad... y es que el viento no hace discriminaciones, afecta a todos y todo. Nunca mejor dicho, él va a su aire. Ya lo cantaba Bob Dylan y no se equivocó: "La respuesta, amigo mío, esté en el viento".
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