Crónica Personal

Todos se la juegan

Se esperaba el adelanto electoral para Andalucía, y las maquinarias están bien engrasadas

Todos se la juegan en Andalucía. La que más, Susana Díaz, que lógicamente desea renovar su presidencia y lo tiene hoy más difícil que hace cuatro años. Por el desgaste de gobierno, en el que la corrupción no es el mayor problema a pesar de los ERES y los gastos en puticlubs, sino que infinidad de andaluces están que rabian por la ineficacia de sus políticas de educación y sanidad. Y le pasarán factura. Si a eso se suma que un 30 por ciento de socialistas andaluces se posicionaron en contra de Díaz en su confrontación con Pedro Sánchez y es más que probable que parte de ellos se sumen a los que se queden en casa, no extraña que en las filas socialistas se siga con preocupación lo que pueda ocurrir el 2 de diciembre. Solo algunos insensatos de Ferraz se frotan las manos pensando en la derrota, sin darse cuenta de que si Susana Díaz fracasa, Pedro Sánchez quedará afectado como líder máximo del partido.

Los sondeos indican la subida impresionante de Ciudadanos, que se mantiene el PP, que Susana Díaz todavía está en cabeza y tiene papeletas para ganar, y que Podemos se desgasta fuertemente. Lo que le debe preocuparle a Díaz es que si PP y Ciudadanos suman suficiente, habrá un gobierno en Andalucía, por primera vez en su historia ,de centro derecha. Con un presidente que será el candidato que haya quedado en segunda posición. Que hoy la ocupa PP según los sondeos, pero Cs va a llevar allá, durante toda la campaña, a su mejor baza: Inés Arrimadas, lo mejor del partido, que además es andaluza y ejerce de andaluza. El candidato Marín no provoca entusiasmo, pero el tanque Arrimadas, que además contará con la presencia de Rivera, podría lograr el milagro. Y si no espabilan Moreno y Pablo Casado -que se volcará con todo lo mejor de su partido renovado- Ciudadanos podría ponerse por delante.

Podemos no acaba de arrancar a pesar del acuerdo al que ha llegado Teresa Rodríguez con IU para la candidatura conjunta, y la distancia que marca Rodríguez con la dirección nacional no le favorece, pero en las campañas todo el mundo da el do de pecho, Susana Díaz incluida, y el escenario actual puede ser muy distinto dentro de 50 días.

Para Díaz o Moreno, no gobernar supone dejar la primera línea política, no se les darán nuevas oportunidades. Tampoco a Marín, pero Teresa Rodríguez podría salvarse porque tiene entidad propia. Aún así, como los demás, no incrementar voto el 2 de diciembre pude suponer el fin de su carrera política.

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