El balcón

Martín Serrano

La incongruencia del Ateneo

EL Ateneo José Román de Algeciras ha fallado el premio José Luis Tobalina, en su tercera edición, recayendo tal galardón en la persona del historiador Manuel Tapia Ledesma. Debo decir que no estoy de acuerdo.

Adviértase que quien esto escribe tuvo el inmenso honor de disfrutar del premio en su primera edición, por lo que me inquieta conocer qué es lo que debe prevalecer: o mi necesidad de posicionarme o callar, cuando de entrada, estoy muy agradecido a la institución cultural algecireña que preside Juan Emilio Ríos por acordarse de mí y de aquello que escribí cuando se fue mi compañero y amigo. Pero opto por lo primero.

Les confieso que durante todo el año he leído artículos bellísimos y muy interesantes que bien podrían haber optado a este galardón, pero en ningún momento he leído ninguno de Tapia Ledesma. El magnífico historiador local sí que ha destacado por sus reportajes de investigación, que son verdaderas joyas de incalculable valor que alimenta el acervo cultural y patrimonial de los algecireños, pero nunca su presencia en la prensa ha tenido otra aportación que el reportaje, un género periodístico que nada tiene que ver con el del artículo, que es el que se exige en las bases del Premio José Luis Tobalina. Yo pediría seriedad, porque si entramos en el compadreo estaremos horadando el prestigio y la finalidad del Premio.

Cuando se instituyó en 2008 el nuevo galardón pretendía reconocer las mejores columnas o piezas de opinión que se publicaran en la prensa local a lo largo del año y así se cumplió en las dos primeras ediciones, pero en esta tercera, se ha obviado la aportación de los columnistas y se ha optado por los escritos históricos, lo que en principio va en contra de la propia esencia del Premio, le resta credibilidad y parece abocarlo a los simples deseos del presidente del Ateneo que cada año optará por lo que le venga en gana. Y esto no debe ser así. Es como si el Premio Planeta recayera en una edición en un economista y no en un literato. ¿Qué pasaría?

O Ríos rectifica o el Ateneo debe aclarar muy bien el por qué de este giro inexplicable con un Premio que fue todo un gran acierto. La modestia del mismo no debe menoscabar su importancia, por lo que sus promotores o su promotor, porque me parece que todo es cosa de la misma persona, debe dar pasos para hacerlo más grande y prestigioso en vez de todo lo contrario.

Hasta hace unos días creía que el Premio José Luis Tobalina iba destinado para todos aquellos profesionales o no que escribían artículos y columnas de opinión en la prensa escrita. Por sorpresa el abanico de aspirantes se ha abierto. Si es así que se diga y se aclare de una vez, pero que, por favor, que una buena idea no desfallezca por la incongruencia de los mismos que la crearon. Francamente sería una lástima.

La nueva apuesta del Ateneo de hacer un homenaje anual al compañero Rafael Viso, también tristemente desaparecido, es otra iniciativa loable. Que la determinen, la fijen y la expliquen, para que, como en el caso del premio, no tengamos que llevarnos sorpresas cada año.

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