Por el humo se sabe

Mira que si es el capitalismo internacional el que hace el trabajo que debieran hacer nuestras autoridades

Este lunes publicaba el periódico El Economista un comentario acerca de la estrategia de las tabaqueras ante el volumen de tabaco de contrabando que se vende en España. Malos vientos soplan sobre la arrogante actitud de la clase política yanita si el capital bouge -como diría la francofonía- en dirección contraria a los intereses del lugar. Una buena parte de ese volumen procede de Gibraltar y las tabaqueras están por ponerse a la tarea de contribuir a dificultar la labor de las mafias y de los francotiradores.

El presidente de la Mancomunidad está por ayudar a mantener el estatus de la colonia y el coordinador de la Administración General del Estado se pone de perfil moneda cuando oye hablar de restricciones o de un eventual cierre de la Verja. Prefieren no meterse en líos, están más preocupados por su propia estabilidad que por abordar un problema que les atañe. Se dicen que es mejor mantener el tipo en la más absoluta pasividad y acudir a las grandes palabras y a los brindis al sol hasta ver si Exteriores tiene una feliz idea y los saca del atolladero.

Lo que esos y algunos más no ven, el inmenso gasto que el estado de cosas provoca a las arcas públicas, lo están viendo las tabaqueras en las suyas. La consultora Ipsos asegura que el tráfico ilegal de cigarrillos en España estaba, al cierre del último ejercicio, en torno al 9,2% del total del mercado y alcanzó su cota más alta en diciembre de 2014 con un porcentaje del 12,5%. De esos porcentajes el 16% aproximadamente provienen del Peñón. No es muy complicado echar cuentas y comparar el fraude con lo que costaría subsidiar a la población española trabajadora al otro lado de la verja mientras se la resitúa.

Algunas empresas como Altadis, otrora española y ahora filial de Imperial Tobacco (británica), o la luxemburguesa Landewyck están comenzando a identificar con las siglas GIB las cajetillas destinadas al mercado gibraltareño. Philip Morris, además de rotular exclusivamente en inglés las cajetillas que se venden en Gibraltar, las marca con tres asteriscos, y Japan Tobacco International, la empresa dueña de Camel y Winston, utiliza un código alfanumérico y una nube de puntos. Se trata de facilitar a la policía y a la guardia civil, la localización del tabaco de contrabando que se vende en España. Mira que si es el propio capitalismo internacional el que hace el trabajo que debieran hacer nuestras autoridades.

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