Tierra de palabras

'Ser' humano

Es más humano el que más sabio es, el que ha cultivado virtudes asentándolas a través de los conocimientos

El ser humano está considerado una especie animal cuya principal característica es su capacidad de razonar permitiéndole organizar el mundo, bien o mal pero organizarlo. Usa el lenguaje para establecer relaciones con otros de su misma especie, convirtiéndose así en seres sociales. Llegar a preguntarse por el origen de todas las cosas, en las que también él estaba incluido, lo llevó a la reflexión que dio paso al pensamiento filosófico. Así que la filosofía nos ayuda a pensar. Alguien una vez dijo: "Pensar era pararse a pensar".

Otra cosa bien distinta es "ser" humano, que más que ver con la capacidad de pensar, que tiene mucha, tiene también que ver con la capacidad de actuar; una suma de cualidades que en numerosos seres humanos, a secas, brilla por su ausencia. Y cuando digo que tiene que ver con la capacidad de pensar, me refiero a ese matiz de sapiens, de sabio. Es más humano el que más sabio es, el que ha cultivado virtudes asentándolas a través de los múltiples conocimientos de los que disponemos para que estas nobles herramientas consigan que el "ser" humano, que todos llevamos, aflore.

La sociedad de hoy en día requiere de conocimiento y sobre todo de abundante empatía, virtud que a lo largo de mi vida mucho he valorado. La dinámica de la inmediatez en la que nos movemos nos deja poco margen de tiempo para pararnos a reflexionar sobre nuestros actos y nuestras palabras y a la empatía no le da tiempo ni de asomarse a poner una pizca de humanidad. Las redes sociales han tenido mucho que ver para avanzar a esta velocidad apabullante que a algunos nos da mareo. Nos dejamos llevar por la corriente y esta nos arrastra. Debemos aprender a ser empáticos, a conseguir ponernos en el lugar del otro y saber el daño que pueden causar nuestros actos o nuestros comentarios. Hoy en día, las redes se incendian, la gente opina sin pudor, son auténticos patios de vecinos chismosos y malvados que como no tienen nada bonito que hacer en la vida se dedican a jorobarles a los demás la suya.

Los toltecas, "seres de conocimiento", tienen un acuerdo que viene a decirnos que seamos impecables con nuestras palabras, que hablemos con integridad y que utilicemos su poder en la dirección de la verdad y del amor.

Gratificantemente fabuloso es que, sin ser humanos ni hablar nuestro lenguaje, sean nuestros animales los que habitualmente nos den sencillas y honestas lecciones de humanidad.

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