Al sur del sur

Javier Chaparro

jchaparro@grupojoly.com

La hora clave de la estiba

Ante el decreto ley de la estiba: honradez, sentido común y resolución de los problemas en vez de contribuir a consolidarlos

Los puertos de toda España se juegan su futuro en la semana entrante. El miércoles próximo, previsiblemente, la Diputación Permanente del Congreso someterá a votación la convalidación del decreto ley sobre la estiba aprobado el pasado viernes por el Consejo de Ministros, una vez cerrados los últimos flecos con los sindicatos y la patronal gracias a la mediación, entre otros, del presidente de Puertos del Estado, Salvador de la Encina. De ese decreto depende que se ponga punto final a la crisis abierta en los muelles hace dos años o que, al contrario, volvamos a la casilla de salida, es decir, a las movilizaciones y las huelgas.

El decreto ley tiene una doble virtualidad: de un lado, regula el marco laboral de los estibadores (más de dos mil solo en Algeciras), consolidando la paz social en los muelles, y, de otro, permite ofrecer un marco de estabilidad imprescindible para atraer inversiones. Como expone hoy en estas páginas el presidente de la APBA, Gerardo Landaluce, sin decreto ley será imposible la puesta en marcha de la tercera terminal de contenedores del Puerto de Algeciras, clave para mantener el pulso a Tánger-Med, rival directísimo en el tráfico de contenedores.

También ha jugado un papel destacado en pro del acuerdo el alcalde de Algeciras, José Ignacio Landaluce, quien el pasado martes reunió en torno a una misma mesa en el Ayuntamiento -en privado- al presidente del PP, Pablo Casado, y a los representantes sindicales de los trabajadores portuarios. Los votos de los populares resultan decisivos para convalidar el decrero ley, pero hay motivos para la preocupación: bajo el criterio de que el Gobierno del PSOE hace puro electoralismo y aprovecha los minutos basura de la legislatura para sacar adelante medidas populares de difícil cumplimiento, Casado ha puesto hasta ahora el no por delante a todo lo que se presenta.

¿Votará el PP a favor del decreto ley? Es una incógnita que deberá despejar, pero teniendo presente que entre las obligaciones de todo responsable político figuran ser honrado (y parecerlo), guiarse siempre por el sentido común y tener como principio la resolución de los problemas, no contribuir a consolidarlos o generarlos.

Visto desde la distancia y, por tanto, con un ángulo más abierto, es imposible entender que razones de índole partidista puedan tumbar el decreto ley y entorpecer el desarrollo de un sector económico estratégico como son los puertos, en particular, el de Algeciras. Este PP debe tener presente que, como partido con un pasado de gobierno, está obligado a mantener más que nadie altura de miras. La experiencia, al fin y al cabo y como decía Wilde, carece de valor ético alguno. Es simplemente el nombre que damos a nuestros errores. Aprendamos de ellos.

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