Una historia bonita

Es la rebelión de los ricos, nos dicen con otras palabras, como si los ricos no se hubieran rebelado siempre

Un tal Ceferin, al que no tengo el gusto de conocer de antes, acaba de amenazar a los jugadores que participen en la Superliga, que no podrán jugar en las selecciones nacionales. Y se ha quedado tan tranquilo. Ni idea de que un gachó mandara en lo mío, digo en lo nuestro. Y otra cosa, además. Los jugadores son del club, no de la selección nacional. Y si no, que lo sean, ¿no? Pero vamos, el invento de Florentino Pérez ha cogido con el pie cambiado al mundo del fútbol y no están gruñendo sólo los que no entran en esa jaula de oro, suponemos, sino a los que mandan en el invento. Como este tal Ceferin, que acaba de cometer la torpeza de su vida. Porque le quiere dar a Florentino Pérez (y a los demás, y a los demás) en la cara de los jugadores de la selección, de las selecciones. Que juegan ahora o que podrían jugar mañana, el año que viene si Dios quiere. Un cantazo, qué duda cabe. Cuando, esto avanza incontenible, ya JP Morgan ha anunciado que financiará la Superliga, que contará en principio con doce clubes fundadores, tres de ellos españoles. Hasta el presidente del Parlamento europeo ha entrado en la contienda, afirmando que "Necesitamos defender el modelo europeo de deporte. Estoy en contra de que el fútbol se convierta en el dominio exclusivo de unos pocos ricos, el deporte debe ser para todos", ha dicho. ¿Perplejo? Que doce ricos se organicen un torneo afecta al deporte europeo, es lo que dice, y se queda tan tranquilo. Una historia bonita, sin duda. Todo el entramado era un edifico inestable y muy frágil. Intramuros y extramuros. Si tres se salen del carril, aunque sigan el viaje con los demás, es un anatema de los demás. En España y en los otros países con equipos de la nueva competición al margen de las federaciones europeas. Son un mal ejemplo es lo menos que están diciendo los otros. Son muchos en contra -los demás- con argumentos de todo tipo, demagógicos también. Como si esos súper clubes no buscaran en el fútbol amateur y en el profesional a los jugadores con los que participar en la Superliga. Se trata de ganar más dinero para tener mejores clubes, los mejores jugadores. Y funcionar al margen de algunas estructuras opresivas nacionales y europeas. Seguro que contaban con el grito de guerra: O todos moros, o todos cristianos. Así que sigue siendo una bonita historia lo que vaya a ocurrir finalmente. Es la rebelión de los ricos, nos dicen con otras palabras, como si los ricos no se hubieran rebelado siempre.

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