Alto y claro
José Antonio Carrizosa
¿Conspiración?
La ciudad y los días
La insuficiencia del alcantarillado de Londres con relación al tremendo aumento de su población, que a lo largo del XIX pasó de 750.000 a 6 millones y medio, el pésimo estado de las pocas redes existentes, el continuo desbordarse de las fosas sépticas y la utilización del Támesis a su paso por la ciudad como una gigantesca cloaca en la que las aguas negras se vertían provocó numerosas epidemias entre finales del siglo XVIII y la primera mitad del XIX. Todo culminó en el llamado Gran Hedor del verano de 1858, que durante unas semanas paralizó la vida de la ciudad hasta el punto de pensarse en desplazar las sesiones parlamentarias y la actividad de los tribunales fuera de Londres. Tan grave fue la crisis que se tomó la decisión de crear una comisión que por fin construyera una red de alcantarillado interconectado que evacuaría lejos de la ciudad, en el estuario del Támesis, evitando hedores y epidemias. Fue la gigantesca y costosísima obra de Joseph Bazalguette, ingeniero jefe de la Junta Metropolitana de Obras Públicas, terminada en 1865 aunque las obras, a las que unieron las de saneamiento del Támesis y los túneles el metro, se prolongaron hasta 1875.
Lo cuenta con todo lujo de detalles –incluidos los grabados escalofriantes de los niños que rebuscaban en el fango de las orillas del Támesis, los vaciadores de pozos negros y los pescadores de cadáveres que documenta Dickens en Nuestro común amigo– un documental con el que me tropecé hace unos días. Y como de él pasé a los informativos, y de estos a las tertulias de actualidad, me pareció que lo del Gran Hedor podría definir muy bien el actual panorama político español.
Un hedor no de excrementos, como el de Londres, sino de sórdidos escándalos, como estos se afrontan por los suyos y se utilizan por los otros. Un hedor del fango de la vida parlamentaria degradada a insultos. Un hedor de desinterés por las muchas urgencias desatendidas que afectan a las vidas de los ciudadanos.
En este diario se informaba ayer de que en la lista de las 20 regiones europeas con mayor riesgo de pobreza y/o exclusión social aparecen Ceuta (5ª), Andalucía (12ª), Melilla (14ª) y Canarias (20ª). Y según un reciente informe de Eurostat, España es el tercer país de la UE con más personas en situación de pobreza o exclusión. Hay prioridades, urgencias, necesidades que atender, antes que este enfangarse que convierte la política española en el Gran Hedor.
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