La ciudad y los días

Carlos Colón

ccolon@grupojoly.com

El gallo universal

Sean generosos San Pedro, Morón y los Ortega: nadie ha dado más millones de espectadores a un gallo

Quienes recordamos cosas tan pavorosas como Jacqueline Boyer cantando Tom Pilibi, Víctor Balaguer interpretando Llámame (Balaguer era un cantautor concienciado que ganó el Festival de la Canción del Mediterráneo con una canción protesta que decía: "La muralla de Berlín / alejó nuestros amores / pero un día en su confín / brillarán nuevos albores"), al diminuto Jean Jacques cantando "Maman [pi-pi], maman [pi-pi], j'ai fait un rêve merveilleux…" (es importante introducir las dos notas entre un "maman" y otro), aquel Chikilicuatre que, al igual que Pablo Iglesias y Podemos, fue un invento de La Sexta aupado por los votos o el mítico último lugar en que quedaron Remedios Amaya y su barca sin manejo, Lydia Rodríguez con un tema -No quiero escuchar-, cuya letra debieron compartir los jurados, y ahora Manel Navarro, el único hombre que sin dar un muletazo ni sufrir una cornada ha logrado ingresar en la saga legendaria de los Gallo junto José y Rafael.

Quienes recordamos estos desternillantes horrores y también las delicias de Estando contigo, Yo soy aquel, el II Año Triunfal de Salomé tras el I Año Triunfal de Massiel (comparada a Agustina de Aragón por los exégetas televisivos tras su victoria con un fervor patriótico acrecentado por ser la sustituta del Serrat que la quiso cantar en catalán) o En un mundo nuevo, más el premio extra del Pasaporte a Dublín de Lazarov, por citar solo joyas de los 60, recuperamos la noche del pasado sábado el Festival de Eurovisión más nuestro. Entre el revival de Franco con el que el PSOE calentó la semanita, la balada portuguesa (que ganara el país del Gallo de Barcelos que ilustra tantos paños de cocina comprados en Vila Real de Santo Antonio) y la catástrofe de Manel, revivimos aquellas noches frente al Askar, el Zenith o el PYE sobre su mesita de formica con ruedas y parrilla para poner el Teleprograma y el Garbo viendo los festivales de Eurovisión en blanco y negro.

Lo que Manel hizo fue un Cuéntame que nos convirtió, por un momento, en los Alcántara que tantos fuimos. En el Twitter del Carmen Doloroso se lanzó ayer esta humorada: "Por más que muchos insistan nada tenemos que ver con el gallo de Eurovisión". No, hombre, no. Sean generosos con él los de Omnium Sanctorum y San Pedro, y háganlo hijo predilecto de Moron, agradeciéndole que sea quien más millones de espectadores ha dado a un gallo.

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