Tengo tanto miedo de los correctores de estilo; a pesar de respetarles y entender la necesidad que de ellos tienen las instituciones dedicadas a la literatura y al periodismo; que en un título como el de este artículo, debo advertir de que se trata de un nombre propio. Un título como "Los gallegos" aludiría a esos españoles del noroeste de la península, cuya personalidad, extraordinaria, los distingue notoriamente de los de otra radicación. Mientras que "Los Gallegos" es el nombre de la primera freiduría que se instaló por estos pagos, por iniciativa de un gallego especial (calificativo al que recurro por su doble sentido).

Don Arturo Lea Souto es un ejemplo, no son pocos los recurribles, de esa gente de bien que aparecieron por estos pagos de María Santísima, abrieron caminos y crearon riqueza. Dicen que Lea apareció por Algeciras siendo muy joven, unas fuentes hablan del servicio militar y otras de un hermano que se había establecido en Cádiz, como origen de su descubrimiento de Algeciras. El caso es que en aquellos difíciles años cuarenta, a nuestro personaje se le ocurrió poner en marcha una freiduría de pescado. No deja de ser pintoresco que sea un gallego el pionero en algo tan consustancial con el territorio, pero no es de extrañar. Cuentan que Colón, al colocar el pendón de Castilla en las arenas de La Española, vio venir a un grupo de greñosos indígenas, uno de los cuales se adelantó, para decir, con evidente acento gallego: "Señor Culon, denus por descubiertos".

Los Gallegos llenaba el local (hoy de comestibles) que se extiende entre la calle Real (Cánovas del Castillo) y Sacramento (Rafael de Muro), a espaldas del monumento a la madre, en donde, más recientemente, se instaló el Banco de Andalucía, con un protagonismo comercial y financiero sin precedentes, cuando su director fue un algecireño "de cuota", el inolvidable Francisco Rafael Moya Navarro. Los Gallegos vendía el "pescaito" en papel de estraza; o de periódico, si era necesario. También en bocadillos, lo que facilitaba el acceso al pan cuando las cartillas de razonamiento estaban a la orden del día.

El fallecimiento de doña Elvira Lea Porto, mujer admirable y muy conocida en Algeciras, farmacéutica y empresaria, con talento emprendedor tanto en su ámbito profesional como en la hostelería, me ha reactivado la memoria a la vez que el sentimiento de solidaridad con sus seres queridos. Esposa y madre de médicos, era hija del legendario dueño de Los Gallegos.

MÁS ARTÍCULOS DE OPINIÓN Ir a la sección Opinión »

Comentar

0 Comentarios

    Más comentarios