Al sur del sur

Javier Chaparro

jchaparro@grupojoly.com

El futuro del Puerto

Landaluce (Gerardo) ha sido hasta ahora un personaje imprescindible en la APBA fuera de los focos

Había motivos justificados para mantener cierta intranquilidad en torno al relevo de Manuel Morón como presidente de la Autoridad Portuaria de la Bahía de Algeciras (APBA). Su merecida jubilación se había venido postergando debido, fundamentalmente, a la confianza que Susana Díaz puso en su figura por los muchos méritos acumulados durante más de veinte años. Varias veces presentó la dimisión y varias veces le fue rechazada, a la espera de que se celebrasen elecciones andaluzas y el nuevo Gobierno eligiera a su sustituto. Decía al comienzo de estas líneas que había motivos porque estos quedaron disipados totalmente el pasado martes una vez que el Consejo de Gobierno de la Junta oficializó el nombramiento de Gerardo Landaluce como máximo responsable de los muelles a este lado del Estrecho.

Tercero hasta ahora en el escalafón de la APBA, Landaluce (Gerardo) es uno de esos personajes imprescindibles en toda empresa que trabaja a destajo fuera de los focos y que demuestra con resultados los méritos de su labor. Si algo se puede reprochar al nuevo presidente es, justamente, su discreción, un rasgo que a partir de ahora deberá dejar a un lado porque la competencia entre los puertos es feroz y hay momentos en los que conviene enseñar los dientes. Su afinidad al PP, del que fue concejal en Los Barrios durante cuatro años, es un factor que para nada empaña su currículo, como lo demuestra el hecho de que sea Morón quien avale su nombramiento destacando que el Puerto queda "en las mejores manos". Y con garantía de continuidad sobre los proyectos en marcha.

Es más, la mejor prueba de que su nombramiento ha sido una decisión acertada es que, además de ser aplaudido por todos los operadores portuarios, no ha recibido crítica alguna por parte de los partidos de la oposición, salvo el leve reproche que con carácter general ha realizado el PSOE porque los nombramientos se han hecho sin concurso público, tal y como constaba en el programa electoral de los populares.

Resuelta felizmente la incógnita sobre la Presidencia, quedan por delante retos como la ampliación de los muelles con la adjudicación de la Fase B de Isla Verde Exterior -lo que permitirá elevar el trasiego de contenedores de 5 a 7 millones al año-, terminar de decidir la ubicación del fondeadero exterior, mantener el pulso reivindicativo en asuntos como la mejora de la conexión Algeciras-Bobadilla y la ampliación de las plantillas del PIF y de la propia APBA. No menos importante es la implicación decidida del Puerto en el desarrollo social y turístico de los núcleos de población en los que se implanta, muy especialmente de Algeciras con la transformación del Llano Amarillo para uso y disfrute de los especiales. Ese privilegiado espacio no puede continuar siendo un aparcamiento o un inmundo botellón, sino el espejo en el que se mire la ciudad.

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