Al sur del sur

Javier Chaparro

jchaparro@grupojoly.com

En 2017, con la excusa del 'Brexit'

El Campo de Gibraltar se encuentra en el umbral de un momento histórico que marcará su futuro

Los territorios necesitan de vez en cuando de un argumento, una excusa, para diseñar y desarrollar grandes proyectos que les sirvan de percha para acaparar un volumen generoso de inversión pública, mejorar sus infraestructuras, articularse socialmente y proyectarse al exterior. En España, los ejemplos más paradigmáticos de ello han sido las Olimpiadas de Barcelona y la Expo 92 de Sevilla, sin olvidar casos más cercanos como el Bicentenario de La Pepa, efemérides que concentró en la ciudad de Cádiz importantes recursos públicos destinados al soterramiento de las vías del tren y la construcción de su infrautilizado megapuente. A la vista queda.

El Brexit ha situado al Campo de Gibraltar en el umbral de uno de esos momentos. La salida de la UE de Reino Unido representa un reto de primera magnitud -sin duda, el más importante para la comarca en el nuevo año- que solo podremos superar con éxito si contamos con una estrategia española propia y consensuada, con independencia de las decisiones que se adopten desde Londres o el Peñón. Por más que los ciudadanos y las empresas de uno y otro lado de la Verja pretendan mantener sus múltiples vínculos, es obvio que se avecinan cambios de primer orden y no parece sensato que, con 9.000 trabajadores españoles cruzando a diario la pista del aeropuerto, nos quedemos sentados a esperar la evolución de los acontecimientos.

El Gobierno de la Nación ha puesto sobre la mesa iniciativas como la consideración de la comarca como un espacio fiscal ventajoso para empresas y particulares (al modo de Ceuta, Melilla o Canarias) al tiempo que promete rescatar del olvido infraestructuras del transporte como la conexión ferroviaria Algeciras-Bobadilla. Hace falta, sin duda, que esas previsiones queden explicitadas negro sobre blanco en la próxima Ley de Presupuestos, pero también es cierto que el Campo de Gibraltar necesita unir su voz para que su demanda cobre más fuerza y para reclamar la deuda histórica que en materia de inversiones se mantiene con este estratégico y olvidado pico peninsular.

La Mancomunidad de Municipios puede y debe ser el instrumento a través del cual se articule la voz de la comarca con independencia del signo político de los partidos que integran su pleno. Nunca está de más recordar que los representantes políticos están para adelantarse a los problemas o, cuando menos, para solucionarlos, nunca para crearlos. Acudir de la mano de Gibraltar a Fitur, establecer vínculos con la Universidad del Peñón y reforzar los vínculos con los yanitos en materia de servicios mancomunados (ya sea la gestión de los residuos sólidos urbanos, el abastecimiento de agua o la depuración de las residuales) son pasos bien encaminados. En la senda de la colaboración y el diálogo.

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