La ciudad y los días

Carlos Colón

ccolon@grupojoly.com

Una ética de las prioridades

¿Es el momento de pensar en reintegros del dinero de las sillas, alumbrados y Feria de septiembre?

De verdad es el momento de pensar en la noche del alumbrado, de darle vueltas al traslado de la Feria y del festivo de San Fernando a septiembre o de plantearse qué pasa con el dinero de las sillas y los palcos? Todo tiene su importancia, ojo. Ante la gigantesca crisis que seguirá a las muertes -la peor desde la de 1929, según el FMI-, las familias necesitarán todos los recursos económicos posibles, incluido lo pagado por las sillas, y las hermandades, que acumulan ya cuantiosas pérdidas, también tendrán que buscar su propia subsistencia. En medio de estas dos necesidades opuestas está lo pagado por las sillas que no se pusieron y los palcos que no se montaron. En cuanto a la Feria, para una ciudad que vive del turismo y se deja sus buenos dineros en ella, su celebración podría suponer importantes ingresos. Pero, ¿habrá turistas en septiembre y tendrán los sevillanos dineros que gastarse en la Feria? ¿Siquiera estarán autorizadas grandes aglomeraciones como las que se producen en el ferial? Si las universidades están pensando retrasar el inicio de curso a finales de año -y habría que suponer que se trata de algo más importante que la Feria-, ¿cómo es posible que los munícipes sevillanos le estén dando vueltas a lo de la Feria en septiembre?

Pero no sólo se trata de cosas prácticas y razonables. Hay también cuestiones éticas. Si ayer reprochaba a quienes se tienen por representantes de "la cultura" que planteen su qué hay de lo mío en un momento en el que tantas emergencias sanitarias y sociales hay que atender, no parece oportuno ocuparse de estas cosas desde las instancias públicas locales en un momento en el que se considera positivo que ayer "sólo" hubiera 567 muertos que se sumaron al total de 18.056 fallecidos (que de seguro son más), hay incertidumbre sobre la evolución de la pandemia y se nos viene encima una tremenda crisis social y económica.

En una emergencia -y más en el país con más muertos por millón de habitantes y la tasa más alta de contagios entre profesionales de la salud-, lo importante son las prioridades. En una tragedia con tantas víctimas, lo pertinente es el luto y el duelo. Ya que al Gobierno no le da la gana y que sus voceros mediáticos critican a quienes lo piden, guardémoslo nosotros. Hay que animarse para salir adelante. Pero sin ofender tanto dolor con tonterías. Y tontería es ahora todo lo que puede esperar.

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