Con la venia

Fernando Santiago

fdosantiago@prensacadiz.org

El espíritu de Las Aletas

Siguiendo la dogmática marxista:¿va usted a creer lo que yo le diga o lo que vean sus ojos? ¿Va usted a creer lo que digan los ecologistas o a pasearse por la marisma desecada y comprobar que allí no hay nada? ¿Va usted a creer lo que dice el Supremo o lo que puede comprobar cuando venga por la autopista dirección Cádiz a mano derecha? No dudo que hace 70 años aquello fuera una marisma con la vida propia de un ecosistema así: pájaros, aves, insectos y la vegetación propia. Incluso si así se mantuviese me parecería fantástico que se adoptasen medidas para su protección como se ha hecho con el Parque Natural de la Bahía de Cádiz. Pueden buscarse recursos económicos para reinundar la marisma pero dudo que con la barrera que supone la carretera nacional y la vía del tren eso sirva para mucho. Cosa distinta es si la Bahía de Cádiz necesita un espacio como el proyectado en Las Aletas, que no iba a ser exactamente un polígono industrial sino uno de carácter logístico vinculado al puerto de Cádiz. Por eso se situó un kilómetro al norte del muelle de La Cabezuela, al pie de la autopista, a 15´ del aeropuerto y con un apeadero de tren que ahora tan solo utiliza algún que otro despistado y un pequeño grupo de osados alumnos de la Escuela Superior de Ingeniería. De aquel lejano día en que el consejero Antonio Fernández presidía la colocación de la primera piedra de las obras del polígono al lío jurídico-político de hoy han cambiado muchas cosas en España pero lo que no parece haber cambiado es la actuación de la Abogacía del Estado, que por dos veces se ha dado de bruces contra el abogado de ADENA y el Supremo. No sé si la culpa la tiene la mujer esa que va al palco del Bernabeu pero desde luego los jurisperitos del Estado no han afinado las dos veces que han preparado el proyecto(una vez con gobierno del PSOE y otra con gobierno del PP). Para cada ocasión se tomaron su tiempo ya que tardaron años en completar los expedientes. Mientras tanto 100 millones de dinero público duermen en algún lugar sin uso y la Junta se ahorró para siempre poner su parte, lo que no ha evitado que todos estos años diera un día sí y otro también alguna que otra lección de cómo usar el dinero que ellos nunca pusieron. Así que eso que Javier Sánchez Rojas siempre ha llamado "el Espíritu de Las Aletas" ha durado tan poco como el Espíritu del 12 de Febrero de Arias Navarro. Por no hablar de la pamplina esa de la Plataforma Logística Sur de Europa. Jugamos como nunca y perdimos como siempre.

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