Ocho días por semana

Los Beatles representaron en el siglo XX una fuente de creatividad musical, como la de Mozart en el XVIII

De vez en cuando, entre la espesa maraña de contenidos televisivos, emerge alguna joya que cautiva la atención y te hace pasar un buen rato. Esto sucedió con la emisión, en la 2 de TVE, del documental de Ron Howard, The Beatles: Eight days a week - The touring days. Sobre el inolvidable conjunto de Liverpool se ha hablado y escrito mucho, pero la singularidad de este documento es ser el primero autorizado por Los Beatles, desde su separación en 1970 y contar con la colaboración de los dos supervivientes, Paul y Ringo y la de las viudas de John y George. Recorre los cuatro años de giras mundiales del grupo, desde 1962 a 1966. Una de la primeras sorpresas es que la banda odiaba las actuaciones en público en los grandes estadios. Es comprensible. Ellos inventaron los magno-conciertos que hoy son habituales, en un tiempo en que no se disponía de medios adecuados de sonido. Hasta tuvieron que hacer una actuación en un estadio de béisbol, usando únicamente los altavoces de la megafonía del recinto. Nada importaba a las fans que alucinaban, tan sólo con verlos en persona. Ofrecieron 815 actuaciones, en 90 ciudades, de 15 países.

Es cierto que con las actuaciones en público ganaron más dinero que con los discos, sometidos a un contrato leonino con la discográfica. Los Beatles en estado puro eran los que en Abbey Road, su estudio predilecto de grabación, se reunían para componer e interpretar. Fueron un fenómeno musical puramente europeo, hasta que el 9 de febrero de 1964 hicieron su mítica actuación en El show de Ed Sullivan, ante 73 millones de telespectadores. Hizo el resto el concierto los Beatles en el Shea Stadium de Nueva York, el 15 de agosto de 1965, al que acudieron 55.600 personas, el más grande dado hasta entonces. La Beatlemanía acababa de extenderse, al otro lado del Atlántico. La película muestra a un grupo de amigos y músicos por encima de todas las controversias. Sólo así pudieron soportar una carga impropia de gente tan joven. Se les ve llegar a las 9 de la mañana, siempre puntuales, al estudio y se comprende la influencia que tuvieron George Martin y el manager Brian Epstein. No huye de la controversia, mostrando la negativa de la banda a que su concierto en Jacksonville, fuera segregado, como quería la organización. Los Beatles representaron en el siglo XX, una fuente de creatividad musical, como la de Mozart en el XVIII.

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