Crónica personal

Pilar Cernuda

La devolución

ASÍ, a bote pronto, sin que lleguen las aclaraciones oportunas, el presidente de Gobierno lanza una propuesta que favorece a los que cuentan con ingresos suficientes como para pagar IRPF y que les salga una declaración de renta positiva, que no son precisamente los más desfavorecidos sino todo lo contrario. Así, a bote pronto, a no ser que Zapatero corrija los términos de su anuncio, los españoles con rentas más bajas, los que formen parte del "mínimo exento", no podrán beneficiarse de su dadivosidad, sino que los 400 euros serán para aquellos obligados a pagar a Hacienda, a los que según Zapatero se les devolverán 400 euros sea cual sea su renta, su sueldo y su patrimonio. Se comprende que el comisario Almunia haya sido el primero en poner luz roja, y que el ex ministro de Trabajo y actual responsable de Economía de la Junta de Andalucía, José Griñán, haya sido el segundo en mostrar sus dudas. No son los únicos, destacados socialistas expresan sotto voce su estupor por la propuesta de Zapatero.

Estamos en plena campaña de carrera de ofertas, y hay que reconocer que Rajoy parece actuar con algo más de tino, aunque su propuesta de reducir mil euros el IRPF a las mujeres trabajadoras suena a anticonstitucional; la mujer no puede tener privilegios sobre el hombre, ni el hombre sobre la mujer. Pero el empeño de Zapatero de repartir caramelos cada vez que habla ante un público entusiasta -el cheque-bebé, las ayudas al alquiler para los jóvenes, los 400 euros de ahora- ponen de los nervios a algunos de los estrategas esconómicos del PSOE, que los hay, y muy buenos. Aparte de que Zapatero, que sigue empeñado en negar que ha llegado la época de las vacas flacas, sin embargo no duda en echar mano del fondo de reservas como si pudiera estar a disposición de las propuestas electorales de los candidatos. Almunia, el comisario Almunia, destacado militante socialista, ha alertado precisamente sobre ese aspecto: la propuesta de la devolución de 400 euros a los contribuyentes supondría que el fondo de reservas se reduciría en un 30 por ciento, lo que es grave asunto. Otros socialistas entran más en el aspecto político e ideológico: sería conveniente anunciar medidas que favorecieran más a los que más lo necesitan, en lugar de prometer lo mismo para todos, independientemente de su nivel de ingresos.

Y luego están los que, como Durán i Lleida, consideran inmoral que se hagan esas propuestas al albur de una campaña electoral, y no durante el ejercicio del gobierno, como es el caso de Zapatero. ¿Por qué dice que hará esa devolución fiscal si gana las elecciones y no ahora, cuando es presidente? Esa es la prueba del nueve de que Zapatero, inquieto por los sondeos, está dispuesto a prometer lo que no está en los escritos con tal de conseguir el voto de los crédulos.

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