Punto de vista

José Ramón del Río

jdel35@hotmail.com

El debate y el voto

La experiencia de este año demuestra que la celebración de dos debates seguidos incrementa la agresividad

Aunque lo escribo en singular, los debates han sido dos por una serie de incidencias que, por conocidas, me ahorro y les ahorro explicar. Sí quiero señalar que la Junta Electoral, que en anteriores elecciones había permitido en los debates electorales la presencia de partidos extraparlamentarios, en esta ocasión no lo autorizó.

Los debates de los políticos antes de las elecciones se han puesto de moda y se trata de imitar los debates de EEUU, como en su día sucedió con los cigarrillos de tabaco rubio recién importados, según la propaganda. Dicen que estos debates dan ocasión a los políticos para contarnos lo que quieren hacer y contraponer sus propuestas con las de los otros candidatos. Un intelectual y estudioso de otra época objetaría con la lectura de los programas electorales hay suficiente información. Pero en la época en que vivimos, parece que nadie tiene ni el tiempo ni la paciencia para esa lectura. Yo no tengo nada contra los debates, pero probablemente funcionen mejor en climas más templados. Sería conveniente, no obstante, que fuere un solo debate, aunque su duración sea mayor, porque la experiencia de este año, celebrando dos, demuestra que la agresividad se incrementa.

He leído que el Gobierno del PSOE ha preparado una actuación para posibilitar que discapacitados intelectuales puedan votar en las elecciones. Al respecto se ha reformado la Ley Orgánica de Régimen Electoral y la medida afecta a unas 100.000 personas y ha sido votada por todos los grupos. Esta medida se aplica por ministerio de la Ley, esto es, que no necesita de la realización de ningún tipo de petición o gestión administrativa. El poder votar sabemos que es uno de los pilares de la democracia y por ello no entiendo el problema que tiene una persona allegada y que me acredita con documentos. Se trata de una persona que se da de alta, por traslado, en un Ayuntamiento de Andalucía, que es el lugar de su nueva residencia, y recibe un documento acreditativo de que el día 24 de enero de 2019, a las 12:58 horas, entró en el Registro General su solicitud de empadronamiento. Ahora resulta que le dicen que no está incluida en el censo electoral (tampoco en el del lugar de procedencia), por lo que no podrá votar ni en estas elecciones ni en las municipales. Las elecciones generales se convocaron el 5 de marzo de este año y parece que desde enero ha habido tiempo bastante para incluirla en el censo. Un recurso contra esta decisión no sirve de nada porque se resolvería pasadas las elecciones.

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