La colmena

Magdalena Trillo

mtrillo@grupojoly.com

El culo de María

Un día nos rebelamos contra el lenguaje sexista, otro nos dejamos cosificar y otro acabamos votando a Vox

Alos sociólogos y a los políticos les pasa como a los académicos de la RAE: más que cronistas de la calle son sepultadores. Las nuevas palabras no saltan al diccionario hasta que ha superado, con mucho, el estado del aquí y el ahora. Certifican, nunca se anticipan. Pero mientras ellos aplican el efecto moderador del paso del tiempo -imprescindible para calibrar y frenar las modas-, la realidad nos obliga a ponernos frente a un espejo deformado, borroso y cambiante sin más estrategia ni ayuda que la mera intuición.

Por más campañas y movilizaciones que se promueven para atajar la violencia de género, para inculcar valores de igualdad -en las nuevas generaciones y en las no tan nuevas- y para desterrar los comportamientos de micromachismo que nos golpean a diario, seguimos sumidos en una espiral de impotencia e incomprensión. No somos capaces de bajar las cifras que tienen que ver con el rostro más duro de la tragedia -los 50 asesinatos que soporta España cada año, las miles de denuncias que se registran en nuestros barrios- ni dejar de sobresaltarnos con los episodios aparentemente insignificantes que dan una medida exacta de los pilares profundos que sujetan la sociedad patriarcal.

María es una concursante de Operación Triunfo (OT). La primera vez que leí algo de la madrileña -ni veo el concurso ni sé si canta bien- fue porque pidió cambiar la letra de un tema de Mecano -"mariconez" por "gilipollez"- porque la consideró homófoba. Me pareció forzado pero me gustó el gesto. Siempre he pensado que las batallas más difíciles, la de igualdad, la de la integración, la del respeto de las minorías, hay que conseguirlas gota a gota. No podemos echar abajo el techo de cristal de la noche a la mañana pero sí resquebrajarlo. Que los adolescentes nos den lecciones de compromiso y de principios, aunque sea por exceso, nos tendría que alegrar. Debería ser una señal de que avanzamos. Y en positivo.

Hace unos días, su novio apareció en el plató para decir que lo que más echa de menos de María es su "culo" y que lo primero que van a hacer cuando salga es "follar". Me pregunto si también le controlará los mensajes del móvil y le dirá cómo vestir. Justo a María, una de las chicas más carismáticas de OT. Podríamos discutir si la bravuconada del joven es machismo o torpeza de adolescente, pero hay una reflexión incómoda que no deberíamos soslayar: ¿corremos el riesgo de convertir el feminismo -todos los ismos- en una moda superficial? Postureo, lemas y colores. Porque un día nos rebelamos contra el lenguaje sexista, otro nos dejamos cosificar y otro acabamos votando a Vox…

MÁS ARTÍCULOS DE OPINIÓN Ir a la sección Opinión »

Comentar

0 Comentarios

    Más comentarios