Así como la extensa relación de sentencias taurinas que llegaron a nuestros días se la reparten al alimón Guerrita y El Gallo, las futbolísticas son hijas de más padres. Di Stéfano, Menotti, Bilardo, incluso Cantatore, soltaron perlas que fueron cultivándose a través de los años. Pero viene a cuento la que soltó Miguel Muñoz siendo entrenador del Sevilla. Dijo el castizo inolvidable: "Qué bonito sería el fútbol si no existiese el domingo".

Era en un tiempo donde siempre se jugaba en domingo y con esa frase quería referirse a la bondad de una profesión que tenía sus horcas caudinas en el partido. Del resultado dependía la continuidad o el cese y se me viene esto a la sesera por la actuación de Javier Tebas, un formidable gestor futbolístico que obra como si no existiese el fútbol. Todo lo enfoca en cuanto a la rentabilidad, pero sin pararse a pensar en el esfuerzo del futbolista ni en la comodidad del aficionado.

Sin encomendarse a Dios ni al Diablo se ha comprometido con una empresa de entretenimiento para que LaLiga celebre algún partido en Yanquilandia. No sé si lo ha consultado con esa patronal que le tiene en el puente de mando y de hecho no hemos escuchado protesta de presidente alguno, pero sí puede tropezar en la clase trabajadora, léase los futbolistas. Por lo pronto, da la impresión que su sindicato está más cerca de la Federación, Luis Rubiales, que de LaLiga.

De momento, la AFE estaba presidida por el ínclito Rubiales y no parece que la relación FEF-Liga vaya a abandonar el pleito que mantenían cuando era Villar quien presidía a la primera. Y como las cosas no se han reconducido, ya la AFE ha agitado a sus afiliados para amenazar con huelga. ¿Habrá partido en USA, se convocará huelga en su contra? Quién sabe, pues nadie duda de que por dinero, el perro baila lo que haga falta y en eso del dinero sí que es gente Tebas.