La comarca, a la contra

Se trata de contribuir a perpetuar el estatus de la colonia y la consecuente dependencia de la comarca

Este mes de mayo en el que la sociedad de consumo ha situado el Día de la Madre, también se celebra la festividad de Nª Sª de Europa, advocación mariana asociada al Campo de Gibraltar, donde se consagró como patrona del continente en el siglo XIV. No deja de ser curioso este hecho, que señala una vocación europea prematura para la óptica de estos días de inquietud y zozobra. Los mismos en los que bajo los acordes del himno de la Unión Europea (La "Coral" de Beethoven), Emmanuel Macron, caminaba por la explanada del Louvre en una noche histórica llena de esperanza.

A estas alturas, creo yo, todo el mundo sabe que la imagen de Nª Sª de Europa, originaria de Gibraltar, también sufrió la barbarie de la invasión anglo-holandesa de 1704, que apoyando al aspirante al trono de España, el Archiduque Carlos de Austria, invadió la plaza y expulsó a sus habitantes. El éxodo fue perpetuado por el gran imaginero sanroqueño Luis Ortega Bru en un impresionante relieve en madera lacada que preside la Sala Capitular del Ayuntamiento de la Ciudad donde reside la de Gibraltar desde entonces: "Vinieron llenos de angustia y llenos de majestad con el corazón partido por un dolor inmortal".

Cuentan que la deteriorada imagen de la Virgen y el Niño fue encontrada en el mar y entregada al sacerdote Juan Romero de Figueroa. Éste la llevó adonde estuviera Algeciras, entonces poco más que huertas y restos de su pasado andalusí. La capilla del antiguo cortijo de los Gálvez, que ya no eran los propietarios de la finca, sirvió de cobijo a la quien bien pudiera haber sido tenida como una virgen peregrina, que encuentra un lugar en el que ser venerada. Más de siglo y medio duró el exilio y la imagen regresó a Gibraltar en 1868, manteniéndose una copia en Algeciras, en la que ya sería la Capillita de Europa.

Por aquí y ahora, políticos y comensales de diversas hechuras, instalados en la indignidad, se disponen a salvar sus destinos a costa de los intereses de España. Quizás a modo de eco de las instrucciones de Picardo en el Hotel Alborán, el pasado día 25, anteayer se reunieron en La Línea. Para el día 19, el sumiso presidente de la Mancomunidad ha convocado al Consejo de Alcaldes. Se trata de ver cómo se las arreglan para plantar cara, con mofa, befa y escarnio, a la política europea, dando aire a todo lo que, en definitiva, contribuirá a perpetuar el estatus de la colonia y la consecuente dependencia de la comarca.

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