El cine y la TV

Es triste, pero el cine tal y como lo hemos conocido ya nunca volverá. Ha dejado de ofrecer las mejores historias

Hasta hace muy poco, nuestros temas principales de conversación eran el clima, el deporte, la política y nosotros mismos. Últimamente, aburridos de que nuestro equipo no gane; que los nuestros nos abandonen y que nadie esté interesado en nuestro devenir; le dedicamos un poco de charla a la actualidad del momento (Ucrania, porque del Covid hemos pasado página sin que el dichoso bichito se haya ido del todo) y el resto lo ocupamos comentando las series televisivas del momento. No es casualidad. El primer día de este mes se estrenaron en nuestro país diez series de nueva temporada o inéditas. En la primera semana del mes serán quince y en todo abril cincuenta y nueve. Casi una media de dos al día, lo que permite calcular que en el total del año la cifra puede rondar las setecientas series de estreno. El dato es una auténtica barbaridad, muestra un fenómeno social, cultural e industrial nunca visto, y pone cifras a lo que para muchos es probablemente una burbuja cuyo techo aún no conocemos. Pero hay algo evidente, este siglo los españoles hemos pasado de tener a nuestro alcance una decena de estrenos de series televisivas al año, a tenerlos en un único día. Y claro, las más populares forman parte ya de nuestras vidas.

Al mismo tiempo el cine se ha llenado de historias cada vez más pequeñas. La última Gala de los Oscar fue la constatación de ello. Porque la ganadora Coda, además de ser una adaptación de una película francesa, y de ser bonita; tiene más que ver con esas películas hechas para la televisión en abierto y que se emiten los fines de semana en sobremesa, que con la industria que en su día construyeron largometrajes como Ben-Hur; Lawrence de Arabia; Avatar; Titanic o El Señor de los Anillos más recientemente. De ahí que las salas de cine se vacíen y nuestros televisores cada vez tengan más producto expuesto en sus estanterías. Los relatos "más grandes que la vida" continúan muchos de ellos naciendo en forma de novelas, pero luego mayoritariamente terminan en forma de series para las plataformas en streaming, mientras el envejecido sector cinematográfico continúa enganchado a superhéroes que actúan con sus caras tapadas, probablemente por vergüenza ante la falta de ideas del sector. Hace una década tras las películas que competían por ganar los Oscar estaban los grandes estudios (Fox, Warner, Universal, Disney, Paramount). Este año fue una batalla entre Apple (Coda) y Netflix (El poder del Perro). Es triste pero el cine tal y como lo hemos conocido ya nunca volverá. No por culpa del Covid, ni del streming, sino porque ha dejado de ofrecer las mejores historias.

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