La esquina

José Aguilar

jaguilar@grupojoly.com

Una caricatura de Andalucía

Las torpezas y exageraciones de algunos dirigentes del PP auxilian en realidad al PSOE para que siga ganándoles

Le ha tocado a la ex ministra de Agricultura Isabel García Tejerina ejercer un papel que ya tiene una tradición acreditada en la derecha española: acudir en auxilio del vencedor para que siga siendo vencedor (al PSOE me refiero, claro). Bueno, le ha tocado porque ella ha querido. Nadie le ha mandado que lo haga, como nadie se lo mandó en su día a Ana Mato, Artur Mas, Rafael Hernando o Cristina Cifuentes.

Es una tradición que, con distintas formulaciones, se cumple rigurosamente en todas las campañas electorales andaluzas o en sus vísperas, repite idéntica torpeza y tiene efectos similares: básicamente, caricaturiza la realidad andaluza y nutre así la habilidad de los gobernantes andaluces para convertir una crítica a su gestión en un ataque a Andalucía. No digo yo que el PSOE vaya a ganar por esto, pero sí caben tres consideraciones. Una, que si hay un partido experto en envolverse en la bandera de su región ése es el PSOE andaluz (¡ya desde el minuto uno de la autonomía!). Dos, que en capacidad para rentabilizar las emociones de la gente corriente Susana Díaz está casi a la altura de Rafael Escuredo. Y tres, que con estas meteduras de pata el PP alimenta y engorda su pecado de oposición al 28-F y a la épica, real o inflada, del proceso autonómico andaluz.

Torpes y caricaturescos, ya digo. En vez de criticar que la Junta de Andalucía está a la cola en inversión educativa según el PIB -una verdad indiscutible-, éstos del PP nacional y del separatismo catalán hablan de niños retrasados, prácticamente analfabetos, estudiando en barracones o tirados en el suelo, y a los que no les entiende cuando hablan. En vez de analizar y cuantificar el fenómeno social y político de la parte de Andalucía subvencionada -que existir, existe-, se dedican a hablar del voto cautivo y del clientelismo generalizado como factor decisivo en el resultado de las elecciones. En vez de acotar el escándalo -que es un escándalo, y gordo- de los ERE en su concreta dimensión y protagonistas, denuncian que Chaves y Griñán ordenaron que todos los fondos de empleo fueran para familiares y amigos del PSOE. En vez de culpar al gerente de la Faffe de gastar 30.000 euros públicos en clubes de alterne -corrupción bien probada-, van y afirman que los socialistas andaluces se gastan más dinero en prostíbulos que en educación.

Exageran tanto que pierden la credibilidad. Se equivocan tanto que auxilian al que les gana las elecciones. Desde hace 36 años.

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