¿Es buena la cogobernanza?

Los partidarios de la España Una deberían recordar que con el mando único hemos tenido unos 45.000 muertos

Esta es una de las preguntas que más inquietan ante la segunda ola del coronavirus. ¿Es buena la cogobernanza? Una vez que acabó el alarmante estado de alarma, ¿es mejor que los presidentes autonómicos gobiernen sus territorios cual repúblicas de taifas? La respuesta es sencilla: la cogobernanza será buena o mala según el cogobernante. Es decir, que si te cogobierna un cenutrio de la política como Quim Torra, incluso puede superar las torpezas de Pedro Sánchez. Los partidarios de la España Una deberían recordar que con el mando único hemos tenido unos 45.000 muertos en la primera ola, según fuentes oficiosas. Con la mayor ruina de Europa y con la segunda mayor tasa de muertos. El listón lo han puesto muy alto, parece insuperable, Dios no lo permita.

En Andalucía, prefiero que nos cogobierne Juanma Moreno antes que Pedro Sánchez. Y veo más fiable al consejero Jesús Aguirre que a Salvador Illa. Por el sencillo motivo de que Aguirre es doctor en Medicina, mientras que Illa estudió Filosofía y Letras. Se le nota en el matiz con el que adorna sus explicaciones, que parece heredado del cinismo. Este ministro pudo ser un buen discípulo de Antístenes, si bien ha derivado su doctrina por derroteros más perversos, como se aprecia en sus declaraciones sobre el comité de expertos que jamás existió.

Quim Torra no quiso ir a San Millán de la Cogolla, cuna de la lengua castellana, por donde anduvo Gonzalo de Berceo. No se reunió con los demás presidentes autonómicos, porque iba a asistir el rey Felipe VI. Por el contrario, Íñigo Urkullu acudió, ya que tiene el concepto claro, y siempre que se pase por taquilla para la foralidad, el déficit y otras prebendas, él no sufre ningún problema de conciencia. Quien paga manda.

Reunir a los cogobernantes en un monasterio ha sido un bonito detalle. Lástima de que no profesen para dedicarse a la vida contemplativa. Total, para lo que hacen, no se notaría la diferencia. Pedro Sánchez, en un monasterio, querría ser el abad, y administrar las donaciones, que es su principal afición. A los abades les aplauden poco. En los monasterios predominan los silencios.

Al final, han vuelto todos a lo suyo. A Isabel Díaz Ayuso le gusta cogobernar con su cartilla del Covid. Javier Lambán no se entera de nada y va camino de ser el Quim Torra del PSOE; o sea, un inútil. Supongo que Juanma Moreno aprenderá en esas reuniones lo que no se debe hacer. Más le vale que cogobierne bien. Pues volver al mando único pone los vellitos de punta.

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