La ciudad y los días

Carlos Colón

ccolon@grupojoly.com

Cuatro asesinadas en tres días

La lucha por la igualdad de la mujer es indisociable de la lucha por la igualdad social

Cuatro mujeres asesinadas entre el viernes y el lunes. En La Felguera (Asturias) un hombre degolló a su mujer. En el barrio madrileño de Tetuán un hombre dio a su ex pareja una brutal paliza y después la estranguló con un cable. En Lepe una mujer fue apuñalada por el padre de sus dos hijas. En Collado Villalba (Madrid) una mujer ha sido asesinada por su pareja de un golpe en la cabeza.

Cuatro mujeres asesinadas en tres días, 21 en lo que llevamos de año, 945 desde 2003. Protestar ante los ayuntamientos, guardar un minuto de silencio, ponerse camisetas o corear eslóganes está muy bien. Pero no impide un solo asesinato. Sólo se puede luchar contra esta realidad horrenda del terrorismo doméstico y la violencia machista desde tres frentes. A corto plazo con más medios para la protección de las mujeres amenazadas y penas más duras para los asesinos. A medio y largo plazo con la educación en valores. De las tres, la última es la más importante porque es la única que de verdad puede reducir las cifras de este horror. Pero también es la que exige mayor esfuerzo político: luchar a favor de la educación en valores es también, y sobre todo, hacerlo contra las escandalosas desigualdades sociales que se producen en nuestra sociedad del bienestar.

La violencia de género no es sólo resultado de la desigualdad entre hombres y mujeres, sino -y en mayor medida- de las desigualdades sociales que conllevan necesariamente carencias educativas que facilitan los comportamientos brutales. La maldad es la maldad y tanto la historia como la crónica criminal rebosan casos de personas o grupos de alto nivel educativo y social que cometen actos atroces. Pero los datos también demuestran que la miseria y la marginación son un caldo de cultivo para la violencia de género. Un problema agravado por el fracaso de las políticas de integración de los inmigrantes.

En tres de los cuatro casos de estos últimos días los asesinos y las víctimas eran inmigrantes. Esto no debe conducir a una demonización xenófoba de la inmigración, sino todo lo contrario. "Situaciones límite, soledad, desarraigo y una cultura patriarcal más consolidada hacen que la violencia machista se cebe en las mujeres inmigrantes, de manera que están sobre-representadas respecto a su población total en el país" (web Stop rumores). La lucha por la igualdad de la mujer es indisociable de la lucha por la igualdad social.

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