Tierra de palabras

El arte de vivir

Mucho tiempo me pregunté quién era mi verdadero amigo, ahora me pregunto si soy verdadera amiga de alguien

La vida es corta, la energía limitada. Y con esta energía limitada tenemos que encontrar lo ilimitado; en esta corta vida tenemos que encontrar lo eterno. ¡Una gran tarea, un gran reto! Así que, por favor, no te preocupes por cosas sin importancia".

Uno más de una vez se pilla preguntándose qué es importante y qué no lo es mientras que la confusa mente se nos enreda haciéndonos perder mucha de esa energía limitada. Para valorar instantáneamente cualquiera de esas situaciones, podemos llevar a cabo la premisa que dice que lo que la muerte se puede llevar no es importante y lo que no se puede llevar lo es. Una pista sería saber que todo lo que está dentro de ti no se te puede quitar y todo lo que viene de afuera, sí.

Si en algo invertimos esa energía, si algo realmente nos define son nuestras relaciones personales. Leí hace poco que el amor puede tener tres dimensiones. Una sería la dependencia, esa que pone en práctica la mayoría de la gente. Y aunque en un principio nos pueda parecer una entrega generosa y gustosa, encierra muchas trampas y creyendo que con ella abres las puertas del paraíso, lo que realmente estás abriendo son las del infierno. La segunda, sería la independencia, esa en la que ninguno está dispuesto a comprometerse, a ajustarse al otro, en la que se tiene miedo a profundizar porque se está más comprometido con la libertad que con el amor. Y la tercera, la interdependencia, esa verdadera sincronicidad que raramente ocurre pero que cuando ocurre, el paraíso desciende.

Entre las cosas que la muerte no se llevará está la amistad ya que la amistad no es ninguna mercancía. Con ella uno se eleva, no cae. Durante mucho tiempo me pregunté quién era mi verdadero amigo, ahora me ando preguntando si yo soy la verdadera amiga de alguien. Demasiado tiempo perdiendo esa energía limitada pensando en lo que otro desea, siente o piensa cuando nunca se podrá estar absolutamente seguro acerca de ello. La amistad es un gran arte y como arte que es hay que dedicarle estudio y tiempo. Hay que llegar a entender que no es usar al otro, ni siquiera necesitarle; es simplemente compartir y no es necesario hacerlo siempre.

En este limitado espacio físico hacia lo eterno, demasiados son los apegos que tanto lastran, demasiadas cargas cuando lo que debemos llegar es lo más ligeros posible para con suma levedad, alzar el vuelo.

MÁS ARTÍCULOS DE OPINIÓN Ir a la sección Opinión »

Comentar

0 Comentarios

    Más comentarios