Al sur del sur

Javier Chaparro

jchaparro@grupojoly.com

Dos años por delante

Los iconos arquitectónicos y un urbanismo ordenado son pasos imprescindibles para transformar las ciudades

La suma de millones se aproxima al centenar si tenemos en cuenta los fondos europeos del Mecanismo para la Recuperación y Resiliencia, la Edusi, los Feder y la Iniciativa Territorial Integrada. Y alguno más que, a buen seguro, se ha quedado extraviado en la hemeroteca. Tanto él como su equipo se lo han trabajado mucho y bien, pero al alcalde de Algeciras se le ha aparecido la Virgen en forma de fondos europeos y también de otras administraciones. La necesaria y gran transformación urbana de Algeciras está a la vuelta de la esquina con la reforma casi al completo del Llano Amarillo y la playa de la Concha, dando paso a una nueva fachada litoral para la ciudad, a un escaparate de aguas limpias y sin malos olores. El dinero también dará para acudir en auxilio de las olvidadas barriadas -quince, en concreto- con un plan de asfaltado, nuevos acerados, farolas más eficientes y carriles bici.

Jose Ignacio Landaluce tiene con todo ello más que suficiente para convertir a Algeciras en una auténtica capital en la que toda la comarca pueda verse reflejada. Y para llegar dentro de dos años a las municipales de 2023 con garantía de éxito. Eso sí: le falta oposición, blandita y perdida, y le sobra la mole de hormigón del Escalinata. El dichoso aparcamiento y su edificio anexo en ruinas no solo hipotecan la obligada conexión peatonal de la Plaza Alta con el Llano, sino que amenazan con venírsele abajo, física y políticamente. El tiempo es un bumerán que se vuelve en contra teniendo en cuenta que la sentencia por la que el TSJA ordenó el derribo del parking se arrastra desde 2016.

Al otro lado de la bahía, La Línea. Hitos: la rehabilitación de la plaza de toros, la reforma del mercado de La Concepción, la restauración del Teatro La Velada, la reconstrucción del Nuevo Mirador, la mejora y ampliación de los jardines Saccone y, ahora, la reanudación de las obras en la residencia de mayores de Santa Margarita. En buena medida, esos proyectos son la contrapartida que La Línea 100x100 ha logrado por dar su apoyo al PSOE en la Diputación de Cádiz; también es el pago atrasado con intereses de mora de una deuda histórica. El nuevo PGOU, además, acabará por ordenar algunos de los desaguisados del pasado para dar forma al municipio del futuro, con nuevos espacios y oportunidades. Si los cuatro primeros años de Juan Franco como alcalde sirvieron para poner orden, los cuatro siguientes le están sirviendo para dibujar sobre planos un municipio que durante mucho tiempo fue tierra de nadie.

Tanto en Algeciras como en La Línea seguirá habiendo muchos otros problemas, pero los iconos arquitectónicos y un desarrollo urbanístico ordenado y acorde a las necesidades de sus ciudadanos son pasos imprescindibles para transformar las ciudades.

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