Los 80 años de Ringo Starr

Fue el más popular; siempre sonriente tras su batería, aunque el tiempo nos diría que los genios eran los otros tres

Era una noche de verano, como la del sueño de la comedia de Shakespeare. Y en el ambiente se mezclaban los olores del albero regado, las pipas tostadas y el Zotal de los urinarios. La película proyectada había abierto una ventana a un mundo de aventuras e ilusiones, cosas que no eran moneda común en la década de los sesenta. Las salamanquesas habían deambulado por la pantalla como si quisieran besar los labios de Anne Baxter o tal vez solo estuviesen huyendo de las balas que disparaba el revólver de John Wayne. Tan pronto salió el letrero de The End, se apagó la pantalla, se encendieron unas bombillas de colores que recorrían las paredes encaladas del cine de verano y por los altavoces comenzó a sonar una música que me llamó la atención. Era el Twist and shout.

Un amigo del barrio me dijo que se trataba de un grupo de ingleses que se caracterizaban por tener el pelo largo, vestir de una forma algo extravagante, dentro de la corrección, y cantar de una manera desenfadada y libre de prejuicios. En una Sevilla que se evadía de la escasez y la rutina soñando con los boleros de Antonio Machín, la voz edulcorada de José Guardiola o las canciones de Marifé, la irrupción de los Beatles fue un terremoto que afectaba profundamente a los cimientos de la sociedad establecida y la familia consolidada. La moda de dejarse el pelo largo supuso más de un disgusto entre padres e hijos y grupos como Los 5 Mercury tocaban Apache de los Shadows, una y otra vez, con un joven Silvio a la batería.

Aquellos pelusos de Liverpool, como algunos les llamaban de forma despectiva, cambiaron la sociedad e hicieron que el mundo fuese cada vez más global y menos local. Somos muchos los que nos sentimos más herederos de ellos, aunque no entendiéramos nada de lo que decían sus letras, que de aquella generación anterior que permanecía encorsetada en una época que ya Europa había dado por cerrada hacía años.

Al principio, Ringo fue el más popular; era el más desenfadado, siempre sonriente tras su batería, aunque el tiempo nos diría que los genios eran los otros tres. Ochenta años cumplió el pasado siete de julio, San Fermín por más señas. De los cuatro melenudos que nos hicieron soñar, solo viven él y Paul McCartney, que los cumplirá dentro de dos años. Ya son octogenarios, pero la imagen que conservo de ellos es la de aquella noche calurosa a la salida de un cine de verano.

MÁS ARTÍCULOS DE OPINIÓN Ir a la sección Opinión »

Comentar

0 Comentarios

    Más comentarios