Al sur del sur

Javier Chaparro

jchaparro@grupojoly.com

El acuerdo sobre Gibraltar

"Unos y otros deben hablar el mismo lenguaje. Y actuar en consecuencia. Sin lealtad, mejor será olvidarnos de experimentos"

El incidente ocurrido el pasado viernes junto a las costas de Gibraltar, cuando una fuga de combustible desde un mercante provocó un vertido que se extendió por las aguas de la Bahía de Algeciras, ha puesto en evidencia, una vez más, el desdén y la hostilidad con los que las autoridades de la colonia -y británicas- vienen enfocando desde tiempo inmemorial sus relaciones con sus vecinos del Campo de Gibraltar. Europa Sur desvela hoy que la Royal Navy se dedicó a hostigar con dos de sus embarcaciones a un barco de Salvamento Marítimo que trataba de frenar el vertido, un hecho que se suma a las cuatro horas que tardó el responsable del puerto del Peñón en informar del derrame contaminante a su homólogo de Algeciras, lo que impidió que España pudiera desplegar antes el dispositivo de retención para mitigar la expansión de la mancha.

La cuestión que se suscita a raíz de estos lamentables episodios es si representan la pauta de actuación que el gobierno de Fabián Picardo tiene en la cabeza cuando se refiere a la creación de la tan cacareada "área de prosperidad compartida", formada por el Campo de Gibraltar y Gibraltar. Ya está bien. ¿Qué problema suponía para Gibraltar que Salvamento Marítimo pudiera colocar las barreras de contención del combustible?

Es cierto, España y Reino Unido se disputan la jurisdicción de esas aguas y difícilmente se van a poner de acuerdo ahora, después de más de 300 años de enfrentamiento... ¿Pero acaso no era más importante frenar el vertido? ¿Por qué en vez de poner tanto empeño en hostigar militarmente a Salvamento Marítimo no se dedicaron a parar la contaminación? ¿Qué sentido tiene tratar de ocultar un incidente de tanta gravedad durante sus primeras horas, las más importantes, sin duda, para evitar la afección al medio ambiente? ¿Por qué Gibraltar, de acuerdo al convenio internacional Marpol sobre contaminación marítima, incumplió con su deber de alertar a sus vecinos españoles? ¿Es quizás ese el espíritu de colaboración que promueve el ministro principal?

El reloj sigue en marcha. El calendario marcado por los negociadores de la Unión Europea y Reino Unido indica que el acuerdo que se negocia para que Gibraltar tenga un encaje especial en la Europa de los 27 debe estar cerrado en el primer semestre de 2021, con una agenda que incluye aspectos trascendentales: el control de las fronteras, la equiparación de la fiscalidad, acabar con el blanqueo de capitales, la lucha contra el contrabando, la protección de medio ambiente...

Si de lo que se trata es hacer virtud de la necesidad, es decir, de aprovechar el Brexit para fijar un marco de relaciones nuevo entre ambas partes y de romper barreras históricas para hacer la vida más fácil a los ciudadanos que viven separados por la Verja, es evidente que los representantes políticos de unos y otros deben hablar el mismo lenguaje. Y actuar en consecuencia. Sin lealtad, mejor será olvidarnos de experimentos.

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