Quousque tamdem

Luis Chacón

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'Welcome, Mr. Sunak'

En esta ocasión, el Partido Conservador ha escogido y aceptado a un hindú sin revuelo alguno

La elección de Mr. Sunak, hindú de origen y religión, como primer ministro británico es, en contra de lo que pueda parecer, un triunfo del Imperio. El nuevo premier es de ascendencia hindú pero igual que Disraelí, que nació judío sefardí y fue bautizado en la fe anglicana con trece años, es profundamente británico. No por nacimiento, algo que siempre es casual, sino por la voluntaria renuncia a sus orígenes para asumir como propios los principios e ideales británicos. Los padres de Mr. Sunak, hijos de hindúes emigrados, nacieron en Kenia, el padre, y Tanganica, la madre. Pero cuando a mediados del pasado siglo el Imperio Británico se disolvió, prefirieron trasladarse a la metrópoli con la que se sentían identificados cultural y socialmente y no a la patria de sus ancestros que quizá, era ya sólo un lejano sentimiento.

Desde la Union Act de 1707 los primeros ministros han sido anglicanos o de confesión protestante. Algún agnóstico o ateo entre los laboristas y ningún católico aunque ya en 1829 se les otorgara plenos derechos políticos. Aún así, Tony Blair prefirió hacer pública su conversión al catolicismo tras dejar el Número 10. Pero en esta ocasión, el Partido Conservador ha escogido y aceptado a un hindú sin revuelo alguno. Un partido que hace más de medio siglo dejó de ser liderado por miembros de la aristocracia o las clases altas. En 1965, Edward Heath, hijo de una doncella y un carpintero, sucedió como líder tory a sir Alec Douglas-Home, conde de Home. El último miembro de los Lores en presidir un gabinete. Después vendrían la Dama de Hierro, a quien algunos pretendían denostar llamándola la hija del tendero, y John Major que ni siquiera acudió a la universidad.

Mr. Sunak pertenece a la elite en el sentido más estricto del término. Como Heath o Thatcher estudió en Oxford por sus méritos académicos y no por las relaciones sociales de una familia aristocrática o poderosa. Algo difícil si tus padres son un médico y una farmacéutica y tus abuelos un oficinista y un funcionario colonial. Tras una exitosa carrera en la banca de inversión desembarcó en la política y se ganó el aprecio de electores y colegas. Quizá, sus compañeros tories se han saltado toda convención y recordando a Gunga Din, el famoso poema de Rudyard Kipling dedicado a un auxiliar hindú del Ejército Colonial, lo han elegido porque, como dice su último verso: "¡Juro por Dios que eres mejor hombre que yo, Gunga Din!".

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