Urgencias, el 'Sálvame' del Punta de Europa

Esta historia de hoy va sobre el servicio de Urgencias del hospital Punta Europa de Algeciras. Pero no para hablar de su personal sanitario, pues ya tienen bastante las criaturas con aguantar la clientela que por allí se pasea, sino para contarles lo que allí pasa cualquier día del año.

Visitar este servicio es como pasear por la Feria de Algeciras. Sólo faltan la Tere con la Tartana, las hamburguesas Uranga y las carreras de camellos (es posible que de esto último sí haya) y ustedes, si van de acompañantes porque de enfermo ya es otra cosa, podrán disfrutar del Falcon Crest que se monta en la sala de espera.

Dos menos cuarto de la tarde, cuatro personas y sus acompañantes aguardan en la puerta exterior de Urgencias del Punta Europa. ¿El último? -porque ya hay que pedir la vez en el exterior y esperar una media hora para ser atendidos en alguno de los dos puestos de admisión-, tarjeta sanitaria, descripción de las dolencias, folio de pegatinas y número de orden para seguir la retransmisión por las pantallitas.

Cuatro celadores, dos guardas jurados y algún personal sanitario esperan a puerta gayola para controlar bien que no se cuelen visitantes a la zona de sillones y observar, de paso, que todos llevan puesta la pegatina amarilla de "acompañante". Una hora después, inusualmente, a las tres menos cuarto, llamada a Triage 1, toma de tensión, preguntas sobre las dolencias y vuelta a la sala a esperar la primera llamada médica.

Calor, tela de calor, en los edificios públicos ha dicho Sánchez que a 27 grados, y 32 personas (sí, han leído bien, 32) aguardan para ir desfilando por las consultas. Goteros, sillas de ruedas con el cartel de "urgencias" escrito a mano, ancianos en camillas y en los asientos se agolpa una gran representación del bajunerío hispano.

Los teléfonos móviles a tope, musiquitas de todo tipo, desde Bisbal a la sintonía de los comecocos, y varias personas amenazan con llamar a la policía para denunciar los retrasos. Ahí me he tenido que reír un rato entre los bocinazos, los selfies del personal medio agonizando, el griterío colectivo de videollamadas, vídeos de YouTube y la cisterna del baño de hombres que se queda cogida y cada vez que se llena parece que va a llegar el Talgo a Urgencias.

Tengo a la vista todo un recital de incidencias: un chaval con el codo echado abajo, criaturas que dormitan aguantando la bacanal de ruidos y la mitad de los congregados con las mascarillas, que en el hospital todavía son obligatorias, a media asta mientras los celadores siguen a lo suyo en el control de la entrada.

Urgencias es el Sálvame del Punta Europa. En realidad, es el reflejo de una sociedad que no entiende bien que ese servicio está para lo que está. De todas formas, si tienen que ponerse malos, háganlo cuando jueguen la Selección Española o el Madrid porque toda esta fauna deja de "morirse" durante ese rato.

MÁS ARTÍCULOS DE OPINIÓN Ir a la sección Opinión »

Comentar

0 Comentarios

    Más comentarios