Twerking en la seo

Nadie les había explicado a estas chicas lo obvio: una catedral es un lugar de culto que ha de respetarse

Sostiene un profesor universitario, buen amigo mío, que la diferencia generacional más importante que ha descubierto en sus alumnos, a lo largo del tiempo, es la absoluta necesidad de explicar lo obvio. Nadie sobreentiende nada. Cuando un padre le decía a sus hijos que estuvieran de vuelta en casa a las diez de la noche, no hacía falta que les explicara qué sucedería si no lo hicieran. Los susodichos sobreentendían que si no cumplían, les caería la del pulpo. Pero ¡ay! eso fue hace mucho tiempo. Hoy no es así. Si usted está hablando de limpiar, tendrá que especificar que primero hay que barrer, luego fregar el suelo y si fuera preciso, encerar. Ya sólo pueden usarse los genéricos, en los medicamentos de las farmacias. Con todo, produce una cierta vergüenza intelectual, tener que explicar, por ejemplo, que el sol sale por la mañana y se pone por la tarde.

Dos chicas jóvenes y hermosas, decidieron, posiblemente influidas por el hartazgo de "triunfitos", con que nos obsequia la televisión pública, explorar sus cualidades en el show business, en una versión moderna del clásico, ¡mamá quiero ser artista!. Como las posibilidades de ser descubiertas por un mánager que las catapultara al éxit, eran más bien remotas, pensaron que internet, entorno amigable que acoge a todas las genialidades, pero también a todos los disparates, podría ser el vehículo adecuado para darse a conocer. Grabar pues un videoclip, resultaba indispensable para poder colgarlo posteriormente, en las redes. Manos a la obra, consiguieron un mini equipo de rodaje y empezaron a buscar lugares guay, para hacer las tomas. Les pareció que el interior de la catedral de su hermosa tierra, Almería, quedaría de lujo como decorado de su exquisito arte. Un festivo por la mañana, se fueron para allá y le pidieron permiso a una atolondrada responsable de las visitas a la seo que interpretó que las tomas, eran para un trabajo universitario. El escándalo surgió cuando se publicó el video. Resultó que las artistas, cantaban a ritmo de twerking que consiste en menear el culo como una batidora, en primer plano de cámara. También le llaman perreo y hasta ahí puedo contar. Desoladas por la repercusión, las chicas pidieron perdón públicamente. Nadie les había explicado lo obvio: una catedral es un lugar de culto que hay que respetar. Suerte tienen, porque si lo hubieran intentado en una mezquita de Estambul, una joven policía islámica les hubiera dado motivo para otro baile, con la porra que portan en la cintura.

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