Trump juega al casino

Con su guerra arancelaria, intenta aplazar la escalada de China al primer puesto de la economía mundial

La filial del holding empresarial de Trump dedicada a los casinos cerró. La compañía quebró varias veces y el futuro presidente clausuró su último establecimiento poco antes de su elección en 2016. Pero él sigue apostando a diario con los aranceles como si el mundo fuese un gigantesco Monopoly. En julio del año pasado ya aplicó un arancel del 35% a la aceituna negra española, casi toda andaluza. Ayer pactó con México y Canadá levantar las tarifas al acero y el aluminio. Y continúa su pulso arancelario con China. Con el desahogo que le caracteriza,no para de decir que China es el enemigo. Tiene en su catálogo otras lindezas, como que los chinos son unos tramposos comerciales y unos manipuladores de divisas.

En el fondo, intenta aplazar la escalada de China hacia el primer puesto en la economía mundial. Pekín tiene a su favor una población de 1.400 millones de habitantes, un sistema dictatorial de falta de libertades y derechos que le funciona, una tecnología punta que ha dejado de copiar y es difícil de seguir… Y un carismático presidente, Xi Jinping, que pretende el liderazgo planetario con un proyecto que lanzó en 2013 y al que se han adherido más de cien países: la nueva ruta de la seda. Se trata de una ambiciosa red de infraestructuras, que pretende fomentar el comercio mundial y el desarrollo de países olvidados de África y Asia, con derivadas financieras, de seguridad y culturales. A pesar de las reticencias europeas se han sumado Italia y Portugal. (Y el puerto de Algeciras, dada su situación estratégica intenta jugar un importante papel, en competencia con Sines, Tánger y Valencia).

Xi Jinping ya estuvo en Davos en enero de 2017 para defender la globalización y un comercio sin barreras ante la élite capitalista mundial, frente al proteccionismo que anunciaba Trump, que tomó posesión aquellos días. Así ha empezado la guerra de los aranceles: un 25% de tasa a productos chinos valorados en 200.000 millones de dólares y otro 25 de represalia a productos estadounidenses por valor de 60.000 millones. En medio, daños colaterales. La compañía china Huawei, cuya tecnología 5G y desarrollo de inteligencia artificial asusta, ha sido contraatacada con la detención en Canadá de la hija del fundador y alta directiva de la empresa, por la supuesta violación de las sanciones impuestas por EE UU a Irán.

Tras cerrar sus salas de juego, Trump continúa jugando al casino. Ojo, tiene muchas posibilidades de conseguir la reelección el año que viene y seguir apostando.

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