Tópicos para ir tirando

Parece como si hubiera que ponerles una fábrica de verjas desmontables en la plaza de la Constitución

F. S. Zambrano, desde Cádiz, y Raquel Montenegro, jefa de local de este periódico, se han detenido en reflejar, el primero con una visión provincial de sus efectos, y la segunda con la atención puesta en el Campo de Gibraltar, la variación anual del censo. Algeciras, La Línea y San Roque están entre los seis municipios que más crecen en habitantes, de toda la provincia. De los 3.894 nuevos censados a nivel provincial, 1.957, más de la mitad, lo son en la comarca y, concretamente, en La Línea, 483, el 25% de los de esas tres ciudades. Indicadores que no casan, ni ajustándolos con correa, con el relato de algunos escribidores, que buscan con gusto el modo de mostrar nuestras supuestas desgracias frente a la prosperidad de la colonia.

El librero ácrata, el gran Carlos Prieto, instalado para siempre en la memoria de Algeciras, en ese tramo mágico de la calle Convento, que va desde San Antonio hasta el Parque, me hablaba con frecuencia del dinamismo social que veía en la ciudad, que él descubrió cuando vino a hacer la mili desde su Linares natal. Bajo mi casa, le decía yo, conviven media docena de entidades financieras y entre la calle de la librería y la calle Ancha contaríamos otras seis o siete. En un área urbana cuadrada de trescientos metros de lado, hay más puntos de Banca que zapaterías, y no muchos menos que bares. No parece que tampoco esto rime, conveníamos, con ese "paro endémico" del que hablan ciertos juglares. El tópico se da de bruces con evidencias observables en el Campo de Gibraltar: el "paro endémico" es la placa del negativo cuyo positivo se compone de una monumental economía sumergida y de un trapicheo descontrolado; éste sí: endémico.

Un viejo amigo, avezado periodista de largo recorrido en la observación y el análisis, se preguntaba por el lugar relativo que ocuparía la capacidad industrial y comercial del Campo de Gibraltar, en Andalucía y en España. Pues ya ves, le decía yo, ahí tenemos a la alcaldía quasi monocolor de La Línea y a unos cuantos de sus sindicalistas, para los que esa capacidad industrial no ofrece trabajo más que a los que viven más allá de El Toril, estando, sin embargo, la Refinería, Petresa e Interquisa, bastante más cerca de La Línea que del resto. Parece como si no hubiera otra que ponerles una fábrica de verjas desmontables en la plaza de la Constitución; para tener a mano del personal trabajo útil, rentable, cómodo y muy de actualidad.

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